PAPA
VIRGILIO:
Segundo Concilio de
Constantinopla, 553:
“…tenemos en cuenta lo
que fue prometido acerca de la Santa Iglesia y a Aquel que dijo que las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella (por ellas entendemos como las lenguas
mortales de los herejes)…”1.
Suelen plantearse
muchas objeciones en contra de la posición sedevacante –la cual se explica en
este libro –que dice que la cátedra de San Pedro está vacante debido a que los
“Papas”post-Vaticano II no son verdaderos Papas, sino más bien antipapas no
católicos. Respondemos ahora a las principales objeciones que suelen
presentarse contra de esta posición.
1ª objeción: Las
puertas del infierno no pueden prevalecer contra la Iglesia, como Cristo dijo
(Mateo 16). Él dijo que estaría con su Iglesia todos los días hasta el fin del
mundo (Mateo 28). Decir que la sede está vacante es contrario a las promesas de
Cristo.
Respuesta: No, la
indefectibilidad (la promesa de Cristo que siempre estará con su Iglesia, y que
las puertas del infierno no prevalecerán contra ella) significa que la Iglesia,
hasta el fin de los tiempos, permanecerá siendo esencialmente lo que es. La
indefectibilidad de la Iglesia requiere que exista a lo menos un remanente de
la Iglesia hasta el fin del mundo, y que un verdadero Papa en su misión
apostólica nunca podría enseñar el error a toda la Iglesia. Esto no excluye la
posibilidad que hayan antipapas que falsamente digan ser Papas (como ha
ocurrido en numerosas ocasiones en el pasado, incluso que reinaron en Roma) ni
tampoco excluye que haya una falsa secta que reduzca a un pequeño remanente a
los fieles de la verdadera Iglesia católica en los últimos días. Esto es
precisamente lo que se predijoque ocurriría en los últimos días y lo que
ocurrió durante la crisis arriana (siglo IV).
San
Atanasio:Loscatólicosque“se mantienen fieles a la Tradición aún si ellos
sonreducidos a un manojo, ellos son la verdadera Iglesia de Jesucristo”2.
¡Además, cabe señalar
que la Iglesia definió que los herejes son las puertas del infierno, palabras
que son mencionadas por nuestro Señor en Mateo 16!
Papa Vigilio, Segundo
Concilio de Constantinopla, 553:
“…tenemos en cuenta lo
que fue prometido acerca de la Santa Iglesia y a Aquel que dijo que las puertas
del infierno no prevalecerán contra ella (por ellas entendemos como las lenguas
mortales de los herejes)…”3.
Papa San León IX, 2 de
septiembre de 1053:LaSanta Iglesia“ edificada sobre la piedra, esto es, sobre
Cristo, y sobre Pedro (…) porque en modo alguno había de ser vencida por las
puertas del infierno, es decir, por las disputas de los herejes, que seducen a
los vanos para su ruina”4.
Santo Tomás de Aquino
(+1262):ellenarloscorazones“La desabiduríalo pued fieles,y silenciar la
terrible insensatez de los herejes, adecuadamente representados como las puertas
del infierno”5. (Introducción a Aurea Catena)
Nótese que los herejes
son las puertas del infierno. Los herejes no son miembros de la Iglesia. Por
eso un hereje nunca podría ser un Papa. Las puertas del infierno (los herejes)
nunca podrían tener autoridad sobre la Iglesia de Cristo. Los que denuncian a
los antipapas herejes del Vaticano II no son los que afirman que las puertas
del infierno han prevalecido contra la Iglesia; son más bien aquellos que
obstinadamente los defienden como Papas, a pesar de que se puede demostrar
claramente que son herejes manifiestos.
Papa Inocencio III,
Eius exemplo, 18 de diciembre de 1208:
“Creemos de todo
corazón y profesamos con nuestros labios una sola Iglesia, no de herejes, sino
la Santa Iglesia, Romana, Católica y Apostólica, fuera de la cual creemos que
nadie se salva”6.
San Francisco de Sales
(siglo XVII), Doctor de la Iglesia, The Catholic Controversy [La
Controversia
Católica], edición inglesa, pp. 305-306: “Ahora bien, cuando él [el
Papa] es
explícitamente un hereje, cae ipso facto de su dignidad y fuera de la Iglesia…”
.
No hay ninguna
enseñanza de la Iglesia católica que se pueda citar que sea contraria al hecho
de que actualmente exista una falsa secta que ha reducido a la verdadera
Iglesia católica a un pequeño remanente en los días de esta Gran Apostasía,
dirigida por antipapas que falsamente dicen ser Papas. Los que afirman que la
secta del Vaticano II es la Iglesia católica afirman que la Iglesia católica
aprueba oficialmente las falsas religiones y las falsas doctrinas. Esto es
imposible y significaría que las puertas del infierno habrían prevalecido
contra la Iglesia católica.
2ª objeción: ¿Cuál es
su autoridad para hacer estos juicios? El uso de las declaraciones dogmáticas
es una interpretación privada.
Respuesta: La
autoridad que un católico tiene para determinar que los herejes no son miembros
de la Iglesia es el dogma católico que nos enseña que aquellos que se apartan
de la fe se consideran fuera de ella.
Papa León XIII, Satis
cognitum, # 9, 29 de junio de 1896:
“Tal ha
sidoconstantela costumbredelaIglesia,apoyada por el juicio unánime de los
Santos Padres, que siempre han mirado como excluido de la comunión católica y
fuera de la Iglesia a cualquiera que se separe en lo más mínimo de la doctrina
enseñada por el magisterio auténtico”7.
Además, afirmar que
adherir a este dogma católico es una interpretación privada, como dice esta
objeción, es decir precisamente lo que condenó el Papa San Pío X en su Syllabus
de errores modernos.
Papa San Pío X,
Lamentabili, Decreto sobre los errores del modernismo, 3 de julio de
1907, Los#22:dogmas
“que la Iglesia presenta como revelados, no son verdadesvenidas del Cielo, sino
una interpretación de hechos religiosos que la mente humana se elaboró con
trabajoso esfuerzo”8. –Condenado
Papa San Pío X,
Lamentabili, Decreto sobre los errores del modernismo, 3 de julio de
1907, Los#54:dogmas ,
“los sacramentos, la jerarquía, tanto en su noción como en su realidad, no son
sino interpretaciones y desenvolvimientos de la inteligencia cristiana, que por
externos acrecentamientos aumentaron y perfeccionaron el exiguo germen oculto
en el Evangelio”9. - Condenado
Nótese que la idea de
que los dogmas son interpretaciones está condenada. Sin embargo, eso es
textualmente lo que afirma esta objeción, ya si lo quieran admitir o no. Están
diciendo que el hacer uso de la verdad de un dogma es una “interpretación
privada”. Además esta objeción también se refuta por el hecho de que, en su
Decreto sobre el Sacramento del Orden, el Concilio de Trento declaró
solemnemente que los cánones dogmáticos son para el uso de todos los fieles.
Papa Pío IV, Concilio
de Trento, sesión 23, cap. 4: “Estos desonmodo los puntos q general ha parecido
al sagrado Concilio enseñar a los fieles cristianos acerca del sacramento del
Orden. Y determinó condenar lo que a ellos se opone con ciertos y propios
cánones al modo que sigue, a fin de que todos, usando, con la ayuda de Cristo,
de la regla de la fe, entre tantas tinieblas de errores puedan más fácilmente
conocer y mantener la verdad católica”10.
La palabra “canon”(en
griego: kanon) significa una caña, una vara recta, una vara de medir, algo que
sirva para determinar, guiar o medir. ¡El Concilio de Trento está declarando
infaliblemente que sus cánones son varas de medir para “todos”, para que así,
haciendo uso de estas reglas de fe, puedan entre las tinieblas, conocer y
defender fácilmente la verdad! Esta declaración tan importante destruye la
afirmación de aquellos que dicen que usar los dogmas para comprobar puntos
controversiales es una “interpretación.Eldogmaprivada”católicoeslaautoridad de
todos aquellos que llegan a conclusiones correctas.
Papa Gregorio XVI,
Mirari vos, # 7, 15 de agosto de 1832:nada debe“…quitarse de cuanto ha sido
definido, nada mudarse, nada añadirse, sino que debe conservarsepuro tanto en
la palabra como en el sentido”11.
3ª objeción: Usted no
puede saber si alguien es un hereje, ni denunciarlo como tal, sin que primero
haya un juicio y sentencia declaratoria.
Respuesta: No es así.
La sentencia declaratoria que viene después de una excomunión automática no es
más que un reconocimiento legal de algo que ya existe. Si esto no fuera así, la
excomunión automática no tendría sentido.
Canon 2314, Código de
Derecho Canónico de 1917: “ cristiana y todos y cada uno de los herejes o
cismáticos: 1) incurren ipso facto[“en el acto”inmediatamenteo“”] en
excomunión12.…”
La persona excomulgada
ya está separada de la Iglesia. La mayoría de los herejes son conocidos por ser
herejes sin ningún juicio o sentencia declaratoria, y deben ser denunciados
como tal.
Papa Pío VI, Auctorem
fidei, 28 de agosto de 1794:
“47Igualmente. la
proposición que afirma ser necesario según las leyes naturales y divinas que
tanto a la excomunión como a la suspensión deba preceder el examen personal, y
que por lo tanto las sentencias dichas ipso facto no tienen otra fuerza
que la de una seria
conminación sin efecto actual alguno, es falsa, temeraria,injuriosa a la
potestad de la Iglesia y errónea”13.
Como vemos aquí, la
Iglesia católica enseña que los procesos y sentencias formales no son
necesarios para surtir efecto en las excomuniones ipso facto (“en el
inmediatamenteacto”o ”)“.Sonmuy a menudo reconocimientos formales de la
excomunión ipso factoque ya se han realizado, como en el caso del hereje Martín
Lutero. Esto debería ser evidente para cualquier católico, pero para ilustrar
este punto, he aquí lo que Martín Lutero dijo antes de ser públicamente
condenado como hereje por el Papa.
Martín Lutero,
hablando antes de la bula del Papa León X en la que se le daba sesenta días
para retractarse antes de que se publicara la declaración de excomunión: En“
cuanto a mí, la suerte está echada: desprecio por igual el favor y la furia de
Roma, no deseo reconciliarme con ella, ni tener comunión alguna con ella. Que
me condene y queme mis libros, yo, a su vez, a menos que no pueda encontrar
ningún fuego, condenaré y quemaré públicamente todo el derecho pontificio, ese
pantano de herejías”14.
¿Acaso hemos de creer
que el hombre que pronunció estas palabras (mucho antes de que fuera condenado
formalmente como hereje por una sentencia declaratoria) hubiera continuado
siendo católico o hubiera podido ser considerado como tal? Si esta idea no es
evidentemente absurda, entonces nada lo es. Es obvio que Martín Lutero era un
hereje manifiesto antes de la declaración pública, y cualquier católico
consciente de sus creencias podría y debería haberlo denunciado como un hereje
manifiesto una vez que ese católico llegare a enfrentarse con esas opiniones
escandalosamente heréticas.
Por eso, antes del
juicio de Lutero, el cardenal Cayetano “secontactó con el príncipe elector
Federico, soberano y protector de Lutero, instándolo a que no
‘deshonreelbuennombre de sus antepasados’ por apoyar a un hereje”15.
El mismo principio se
aplica a un tal hereje llamado John Kerry, un político estadounidense que está
a favor del aborto. Casi todos los que profesan ser católicos de mentalidad
conservadora de inmediato estarían de acuerdo en que John Kerry es hereje y no un
católico, ya que él rechaza obstinadamente la doctrina católica contra el
aborto. Pero este “juicio” hacenlopor cuenta propia, puesto que ninguna
sentencia declaratoria se ha publicado aún en su contra. Por lo tanto, ellos
aprueban el punto de queno es necesaria una declaración pública para condenar a
un hereje. La mayoría de los herejes en la historia de la Iglesia, y casi todos
los herejes en el mundo de hoy, han sido y deben ser considerados herejes, sin
ningún tipo de declaración, por el simple hecho de que su herejía es
manifiesta.
Canon 1325 §1-2,
Código de Derecho Canónico de 1917: §1“.Están obligados los fieles cristianos a
confesar públicamente la fe siempre que su silencio, tergiversación o manera de
obrar llevaría consigo negación implícita de la fe, desprecio de la religión,
ofensa de Dios o escándalo del prójimo. §2. Si alguien después de haber
recibido el bautismo, conservando el nombre de cristiano, niega pertinazmente
alguna de las verdades que han de ser creídas con fe divina y católica o la
pone en duda, es hereje; si abandona por completo la fe cristiana, es
apóstata…”.
Cuando la herejía es
manifiesta y claramente obstinada (pertinaz), como en el caso de Lutero o de
Benedicto XVI (que dice que no debemos convertir a los no católicos y toma
parte activa en el culto de la sinagoga), los católicos no sólo pueden
denunciarlo como un no católico sin ningún juicio, sino que deben hacerlo. Esta
es precisamente la razón de por qué San Roberto Belarmino, doctor de la
Iglesia, al abordar esta misma cuestión, afirma inequívocamente que el hereje
manifiesto es depuesto y debe ser evitado como un no católico antes de
cualquier“excomunión o sentencia judicial”que ya no tiene autoridad. En este
contexto, San Roberto usa la palabra “excomunión”para referirse a la pena de
ferendae sententiae(la declaración formal de un Papa o un juez).
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30, hablando de un reclamante del oficio papal:Porque,
“en primer lugar, se demuestra con argumentos de autoridad y por la razón de
que el hereje manifiesto es depuesto ‘ipso facto’.El argumento sebasa en la
autoridad de San Pablo (Tito 3, 10), que ordena que evitemos al hereje después
de dos advertencias, es decir, después de haber mostrado ser manifiestamente
obstinado –lo que significa que es antes de cualquier excomunión o sentencia
judicial. Y es por eso que San Jerónimo escribe, agregando que los otros
pecadores están excluidos de la Iglesia por la pena de excomunión, pero los
herejes, por sus propios actos, se destierran y se separan del cuerpo de
Cristo”.
Repitamos esto: ¡LO
QUE SIGNIFICA QUE ES ANTES DE CUALQUIER EXCOMUNIÓN O SENTENCIA JUDICIAL! Así
que podemos ver que los anti-sedevacantistas, cuando argumentan que los
católicos no pueden denunciar a los herejes manifiestos, como a Benedicto XVI,
ya que no ha habido un juicio formal, en realidad, lo entienden todo mal. Su
conclusión es una burla completa de la unidad de fe en la Iglesia. Para los que
se les haya olvidado, es útil recordar que en la Iglesia católica hay unidad de
fe (como una, santa, católica y apostólica).
Papa Pío XII, Mystici
Corporis Christi, # 22:
“Así que,enla
verdaderacomo congregación de los fieles existe un solo Cuerpo, un solo
Espíritu, un solo Señor y un solo Bautismo, así no puede haber sino una sola
fe; y, por lo tanto, quien rehusare oír a la Iglesia, según el mandato del
Señor, ha de ser tenido por gentil y publicano. Por lo cual, los que están
separados entre sí por la fe o por la autoridad, no pueden vivir en este único
Cuerpo, ni tampoco, por lo tanto, de este su único Espíritu”16.
Según la conclusión de
los anti-sedevacantistas, los católicos tendrían que afirmar que están en
comunión con un hombre que admitió públicamente que no quería tener comunión
con la Iglesia católica y que sostenía que todo el derecho pontifico es un
pantano de herejías; o con un hombre que es obstinadamente a favor del aborto.
Decir que los católicos deben estar en comunión con un hereje manifiesto porque
contra él no se ha llevado a cabo ningún proceso, es contrario a la doctrina
católica, a la tradición católica y al sentido católico; además de que es
contrario a la caridad.
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30:
“… puesloshombres no
están obligados, o en condición de leer los corazones,perocuando ven que
alguien es un hereje por sus obras exteriores, lo juzgan puro y simplemente que
es un hereje, y lo condenan como tal”.
4ª objeción: ¿Qué hay
sobre la herejía material? ¿No pueden ser sólo herejes materiales los Papas del
Vaticano II?
Respuesta: Un hereje
“material”es un católico errado de buena fe sobre un problema dogmático. No hay
duda que los antipapas del Vaticano II son verdaderos herejes. Ellos no pueden
ser herejes materiales (católicos errados de buena fe) por varias razones. Las
más importantes entre estas razones son: 1) ellos no guardan los misterios
esenciales de la fe, 2) ellos rechazan dogmas evidentes de los cuales están
plenamente conscientes.
Un “hereje material”es
un término utilizado por los teólogos para describir a un católico errado de
buena fe con respecto a algunas enseñanzas de la Iglesia, pero que no las ha
negado deliberadamente. La única manera en que se pueda ser un “hereje
material”es no estando consciente de que la posición que se sostiene es
contraria a la enseñanza de la Iglesia. Tal persona cambiaría inmediatamente su
posición una vez que se le informe acerca de la enseñanza de la Iglesia. Por lo
tanto, el supuesto “hereje material”no es un hereje, sino más bien es un
católico confundido que no niega nada de lo que él sabe que la Iglesia ha
enseñado. El hecho de que el supuestohereje“material”no sea un hereje se
demuestra por el hecho de que el supuestoherejematerial“”no deja de ser miembro
de la Iglesia, y ya hemos probado por muchas citas que todos los herejes dejan
de ser miembros de la Iglesia.
Papa Eugenio IV,
Concilio de Florencia, “Cantate Domino”, 1441:
“La Santa
Iglesiafirmemente cree,Romanaprofesay enseña que aquéllos que noestán en el
seno de la Iglesia católica, no solamente los paganos, sino también losjudíos o
herejes y cismáticos17.…”
Además, el supuesto
del “hereje material” (un católicodo)nohacequeerracaigasobre su cabeza el
castigo eterno por negar la fe; en cambio, en todos los herejes cae sobre sus
cabezas el castigo eterno por negar la fe.
Papa San Celestino I,
Concilio de Éfeso, 431:
“…todoslos herejes
corrompen las verdaderas expresiones del Espíritu Santo con sus propias mentes
inicuas y hacen que caigan sobre sus cabezas una llama inextinguible”18.
Un hereje material,
por lo tanto, no es un hereje, sino un católico que inocentemente está
equivocado sobre alguna enseñanza de la Iglesia. Por lo tanto, los que afirman
que Benedicto XVI no está consciente de todos los dogmas que él niega, y por lo
tanto sería sólo un “hereje material”(en otras palabras, un católico errado) no
sólo están argumentando algo que es absurdo, sino más bien algo que es
IMPOSIBLE. Es imposible que Benedicto XVI sea sólo un
supuestoherejematerial“”por tresrazones: No 1): Es un hecho que Benedicto XVI
conoce muchos de los dogmas de la Iglesia que él niega. Él sabe más sobre la
enseñanza católica que casi ningún otro hombre en el mundo. Todo el tiempo da
discursos de los pronunciamientos dogmáticos de la Iglesia –los mismos que él
contradice y rechaza, como son los del Concilio Vaticano I.
Benedicto XVI,
Principios de la Teología Católica (1982), p. 239: “Cualquier per se pregunte
sobre la enseñanza de la Iglesia respecto a las órdenes sagradas, encontrará a
su disposición un suministro relativamente rico de fuentes materiales; tres
concilios han hablado extensamente sobre el tema: Florencia, Trento y el
Vaticano II. Cabe también mencionar la importante constitución apostólica de
Pío XII (Sacramentum ordinis) del año 1947”19.
Benedicto XVI,
Principios de la Teología Católica (1982), pp. 197-198:Por parte“ deoccidente,
la máxima exigencia sería que oriente reconociera la primacía del obispo de
Roma en todo el ámbito de la definición de 1870 y al hacerlo, someterse en la
práctica, a una primacía, como ha sido aceptada por las iglesias uniatas
(…)ningunas de las soluciones máximas ofrecen una esperanza real de unidad”20.
En estas citas podemos
constatar la familiaridad de Benedicto XVI con la enseñanza católica,
incluyendo los mismos concilios que él niega. Lo mismo ocurre con Juan Pablo II
y sus “predecesores”. Por ejemplo, en el acuerdo aprobado por Juan Pablo II con
la iglesia luterana sobre la justificación, en 1999, Juan Pablo II estuvo de
acuerdo que el Concilio de Trento ya no se aplica.
Acuerdo entre el
Vaticano y los luteranos sobre la Justificación, 31 de octubre de 1999:
A“#13laluzde. dicho consenso, las respectivas condenas doctrinales delsiglo XVI
[es decir, los cánones del Concilio de Trento] ya no se aplican a losinterlocutores
de nuestros días”21.
No hace falta decir
que él no podía ignorar el Concilio de Trento si él está de acuerdo en que ya
no tiene aplicación. Por otra parte, Benedicto XVI tiene varios doctorados en
teología y ha escrito muchos libros que tratan con las complejidades del dogma
católico. Nosotros hemos leído veinticuatro de sus libros, y podemos decir que
Benedicto XVI está más familiarizado con lo que enseña la Iglesia católica que
ninguna otra persona en el mundo. Decir que Benedicto XVI o Juan Pablo II o
Pablo VI o Juan XXIII no tenían conocimiento de las enseñanzas más simples de
la Iglesia que ellos niegan, tales como, la enseñanza respecto a nuestro Señor,
la enseñanza contra el protestantismo, sobre la salvación, en contra de las
falsas religiones, sobre la libertad religiosa, etc., es algo falso yridículo
en grado máximo. Es una pura locura afirmar, por ejemplo, que Benedicto XVI no
está consciente del dogma de que los protestantes están obligados, bajo pena de
herejía, a aceptar el papado –recuérdese que él enseña todo lo contrario. Esto
equivale a decir que uno podría ser chef de un restaurante de primera clase y
no saber qué es una lechuga. Pero eso es exactamente lo que nos quieren hacer
creer aquellos que promueven el argumento del “hereje material”.
No 2): Es imposible
que Benedicto XVI sea sólo un “hereje material”
suponiendo por un
momento que él no estuviera consciente de los muchos dogmas que él niega (cosa
que, como hemos dicho,
es definitivamente falso) –siendo un hombre que pretende ser obispo y
Papa, él está obligado
a haberlas aprendido. Por lo tanto, él no tiene excusa como para decir que no
está consciente de los
dogmas fundamentales de la Iglesia que él niega.
Un manual de derecho
canónico enseña: Si “el delincuente que hace esta
aseveración es un
clérigo, su alegato a favor de la mitigación debe ser desestimada,
ya sea como falsa, o
bien como una indicación de ignorancia fingida, o bien crasa y
supina. (…) Su formación
eclesiástica en el seminario, con su teología moral y
dogmática, su historia
eclesiástica, por no hablar de su derecho canónico, todo
22
asegura que le debe
ser impartida la actitud de la Iglesia.
No 3): Es imposible
que Benedicto XVI solo sea meramentehereje unmaterial“”porque hay ciertas cosas
que todo adulto debe sostener pornecesidad de medio para ser católico, y
Benedicto XVI no sostiene esas cosas. Todo católico adulto debe creer (para
justificarse y salvarse) en la Santísima Trinidad, en la Encarnación del Verbo,
que Jesucristo y su Iglesia son verdaderos, y que las religiones distintas a la
que estableció nuestro Señor Jesucristo son falsas. Estos misterios esenciales
deben ser conocidos por necesidad de medio.
Papa Benedicto XIV,
Cum religiosi, # 1, 26 de junio de 1754:
“No pudimos
alegrarnos, sin embargo, cuando se Nos informó posteriormente que en el curso
de la instrucción religiosa preparatoria a la confesión y a la santa comunión,
se descubría muy a menudo que esas personas eran ignorantes de los misterios de
la fe, incluso de aquellos aspectos que deben ser conocidospornecesidad de
medio; en consecuencia, no estaban habilitados para participar de los
sacramentos”23.
En otras palabras,
todo católico por sobre la edad de la razón debe tener un conocimiento positivo
de ciertos misterios de la fe para salvarse. No hay excusas, ni siquiera por la
ignorancia. Por lo tanto, si uno tiene una creencia que menoscaba la fe en esos
misterios, aunque se le haya enseñado de forma incorrecta, él no es católico.
Papa Benedicto XIV,
Cum religiosi, # 4: “…los confesores deben cumplir esta parte de su deber, no
sea que alguien se encuentre ante su tribunal y no sepa lo que debe saber por
necesidad de medio para salvarse…”24.
Papa San Pío X, Acerbo
nimis, # 3, 15 de abril de 1905:
“Y por eso Nuestro
predecesor Benedicto XIV escribió justaDeclaramosente:que ‘ un gran número de
los condenados a las penas eternas padecen su perpetua desgracia por ignorar
los misterios de la fe, que necesariamente deben saber y creer para ser
contados entre los elegidos’”25.
Por ejemplo, si
alguien realmente cree en tres dioses diferentes y no en un Dios en tres
personas divinas, ese tal no es católico. Esto vale incluso si nunca se le
enseñó la verdadera doctrina sobre la Trinidad. Él no es católico, ya que su
creencia contradice un misterio esencial que debe conocer para guardar la
verdadera fe.
Del mismo modo, si
alguien cree que las otras religiones, como el islam, el judaísmo, etc. también
son buenas, entonces aquel no cree que Cristo (y, por extensión, su Iglesia) es
la única verdad. Si alguien no cree que Cristo (y, por extensión, su Iglesia)
sea la única verdad, entonces no tiene la fe católica. Esto vale incluso si
nunca se le enseñó la verdadera doctrina al respecto, por eso el Papa Pío XI
dice que se aparten de la verdadera religión todos cuantos sustentan la opinión
de que todas las religiones “son, con poca diferencia, buenas y laudables”.
Papa Pío XI, Mortalium
animos, # 2:
“Tales tentativas no
pueden, de ninguna manera o católicos, puesto que están fundadas en la falsa
opinión de los que piensan que todas las religiones son, con poca diferencia,
buenas y laudables, pues, aunque de distinto modo, todas nos demuestran y
significan igualmente el ingénito y nativo sentimiento con que somos llevados
hacia Dios y reconocemos obedientemente su imperio. Cuantos sustentan esta
opinión, no sólo yerran y se engañan, sino también rechazan la verdadera
religión, adulterando su concepto esencial, y poco a poco vienen a parar al naturalismo
y ateísmo; de donde claramente se sigue que, cuantos se adhieren a tales
opiniones y tentativas, se apartan totalmente de la religión revelada por
Dios”26.
Pues ya hemos
demostrado que Benedictopredecesores ”XVIcreen queyel judaísmo,sus“el islam, etc.
son buenos. Benedicto XVI incluso fue iniciado en el islam en una mezquita el
30 de noviembre de 2006. Él y sus “predecesores” elogianesasreligiones.
Benedicto XVI específicamente calificó de “noble”al islam y dijo que representa
la “grandeza”. No es posible que él crea en esto y sea un “hereje
material”católico, puesto que él no cree en un misterio esencial que debe
sostenerse para guardar la verdadera fe, esto es, que Cristo es la única
verdad. Por lo tanto, Benedicto XVI no es católico.
Esto también se prueba
desde otro ángulo. Puesto que es un misterio esencial de la fe católica que
Cristo (y, por extensión, su Iglesia) es la única verdad, se sigue que los que
creen en este misterio también sostienen que la Iglesia de Cristo debe ser
creída. Esta es la enseñanza del Papa León XIII.
Papa León XIII, Satis
cognitum, # 13, 29 de junio de 1896:
“No puede creerse que
guardéis la fe católica los que no enseñáis que se debeguardar la fe romana”27.
Si alguien cree que la
religión católica no tiene que ser aceptada por los no católicos, entonces no
es un católico. Como hemos demostrado, los antipapas del Vaticano II enseñan
que la religión católica no tiene que ser aceptada por los no católicos; ellos
enseñan específicamente que los cismáticos orientales no tienen que convertirse
a la fe católica.
Pablo VI, Declaración
Conjunta con el “Papa”cismático Shenouda III, 10 de mayo de 1973:Pablo VI,“
Obispo de Roma y Papa de la Iglesia católica, y Shenouda III, Papa de
Alejandría y Patriarca de la Sede de San Marcos (…) En el nombre de esta
caridad, rechazamos todo tipo de proselitismo (…) Qué cese donde quiera
queexista…”28.
Juan Pablo II,
Homilía, 25 de enero de 1993:Diceel documento“ de la Comisión
Pontifica para Rusia
que, ‘La forma en que se logra la unidad cristiana, de hecho,no es por el
proselitismo, sino por el diálogo fraternal…’”29.
Benedicto XVI,
Discurso a los protestantes en la Jornada Mundial de la Juventud, 19 de agosto
deYahora2005:preguntémonos:“ ¿qué significa restaurar la unidad de todos los
cristianos? (…esta) unidad no significa lo que se podría llamar el ecumenismode
regreso, es decir, renegar y rechazar la propia historia de la fe de cada uno.
¡De ninguna manera!”30
Además…
La ley de la Iglesia
presupone pertinacia en la herejía a menos que se pruebe lo contrario.
Además de los hechos anteriores
que demuestran que los antipapas del Vaticano II son definitivamente herejes
formales, la presunción de la ley está en contra de ellos:
Canon 2200 §2, Código
de DerechoQuebrantaCanónicoexternamentedela 1917: “ley, hay presunción de dolo
[malicia] en el foro externo, mientras no se demuestre lo contrario”.
Un comentario sobre
este canon del Rev. Eric F. Mackenzie, A.M., S.T.L., J.C.L, afirma que:
“La comisión misma de
cualquier acto que signifique herejía, por ejemplo, ladeclaración de alguna
doctrina contraria o contradictoria a un dogma revelado y definido, da motivo
suficiente de presunción jurídica de depravación herética(…) Circunstancias
justificantes deben probarse en el fuero externo, y la carga de laprueba recae
en la persona cuya acción ha dado lugar de amonestación de herejía. A falta de
dicha prueba, todas las excusas se presumen que no existen”31.
Los antipapas del
Vaticano II no sólo han hecho literalmente cientos de declaraciones contrarias
al dogma revelado y definido, sino que también de forma explícita se han
declarado estar en comunión –dentro de la misma Iglesia –con los cismáticos y
herejes. Además, ellos han confirmado estas declaraciones con sus actos que
manifiestan aún más su lealtad a la herejía, tal como la communicatio in sacris
(la comunicación en las cosas sagradas) con diversas falsas religiones. Por lo
tanto, ley o el espíritu de la Iglesia no excusa a alguien que públicamente
difunde la herejía, sino más bien se presume su culpabilidad.
Papa Inocencio IV,
Primer Concilio de Lyon, 1245:
“La civilleydeclara
que aquellos deben ser considerados como herejes, y deben ser sometidos a las
sentencias dictadas contra ellos, incluso quienes por una leve evidencia se
descubre que se han extraviado del juicio y del camino de la religión
católica”32.
San Roberto Belarmino
explica por qué debe ser así.
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30:
“…pues el hombre no
está obligado, o en condiciones de leer corazones, perocuando ven que alguien
es hereje por sus obras externas, lo juzgan puro y simple como un hereje, y lo
condenan como tal”.
También una simple
ilustración demostrará por qué esto debe ser así.
Supongamos que usted
tiene algunas ovejas y usted designa a un pastor que cuide de ellas. Supongamos
que un día el pastor se convierte en lobo y empieza a comerse las ovejas,
desgarrándolas en pedazos. ¿Podría usted, que solo busca el bienestar de estas
ovejas, conservar al lobo como “pastor”delasovejas? ¿Les exigiría a las otras
ovejas que aún no han sido devoradas que se sometan al pastor convertido en
lobo, y por lo tanto, colocándolas en estado de peligro próximo para ser
devoradas? Por supuesto que no, ni tampoco Dios lo haría.
Dios nunca permitiría
que alguien que promueve la herejía manifiesta en el fuero externo
(independientemente de cuáles sean sus intenciones) conserve esa autoridad en
la Iglesia ni le exigiría a los católicos que se le sometan. Recuérdese que la
herejía mata el alma. Supongamos que el lobo de nuestra historia sólo tiene
hambre o ha tenido un mal día. ¿Esto cambia el hecho de que las ovejas estén
siendo eliminadas? No.
Por otra parte, ¿qué
lobo que tratase de engañar a la gente se declararía abiertamente no ser un
católico o un enemigo de la Iglesia?
Mateo 7, 15: “Guardaos
de losque vienenfalsosvosotros disfrazadosprofetasconpieles de ovejas, mas por
dentro son lobos voraces”.
No hay forma más
eficaz para ayudar a un falso profeta que en insistir que él, a pesar de su
profesión pública de la herejía, sigue manteniendo autoridad en la Iglesia. El
Papa San Celestino, al tratar sobre el caso del hereje Nestorio, confirma
autoritariamente el principio de que no podemos considerar a un hereje público
como a una persona con autoridad. Nestorio, patriarca de Constantinopla, comenzó
a predicar la herejía de que María no era la Madre de Dios. Los fieles
reaccionaron rompiendo la comunión con él puesto que se dieron cuenta que
Nestorio predicó herejía pública y notoria, por lo cual ya no podía tener
autoridad en la Iglesia católica. La siguiente cita del Papa San Celestino se
encuentra en De Romano Pontifice, la obra de San Roberto Belarmino.
El Papa San Celestino:
“La autoridad de
Nuestra Sede Apostólica ha determinado que el obispo, el clérigo, o un simple
cristiano, que haya sido destituido o excomulgado por Nestorio o sus
seguidores, después de que éste último comenzó a predicar la herejía, no serán
considerados depuestos o excomulgados. Porque el que ha desertado de la fe con
tales pronunciamientos, ya no puede deponer ni prohibir a nadie en absoluto”33.
El Papa Pío IX
confirma este principio al enseñar que el delincuente es considerado hereje o
cismático aunque no haya sido declarado por la Santa Sede como tal.
Papa Pío IX, Quartus
supra, # 12, 6 de enero de 1873:
“Dado que la facción
de Armenia es así, ellos son cismáticos aun cuando todavía no hayan sido
condenados como tales por la autoridad Apostólica”34.
Por eso los santos,
los teólogos, los doctores, los canónigos y los Papas que hablan acerca del
“papa herético”evitan los términos herejía “material”y “formal”, ya que estos
son términos que implican una sentencia del fuero interno. Ellos más bien
utilizan palabras como: pública, manifiesta, notoria, etc. –términos que
corresponden al fuero externo.
F.X. Wernz, P. Vidal
(1943):
“El Romano Pontífice,
caso de caer en herejía de manera notoria y abiertamente revelada, por ese
mismo hecho se considera estar privado del poder dejurisdicción, incluso antes
de cualquier sentencia declaratoria de la Iglesia…”35.
Canon 192, Código de
Derecho Canónico de 1917:
“Se incurre en la
privación del oficio por el mismo derecho o por un acto del Superior legítimo”.
Canon 188 §4, Código
de Derecho Canónico de 1917:
“En virtud de renuncia
tácita (silenciosa) admitida por el mismo derecho, vacanipso facto, y sin
ninguna declaración, cualesquiera oficios, si §4 (Apostata…)públicamente de la
fe católica”.
¿Qué es una defección
pública de la fe?
Canon 2197 §1, Código
de Derecho Canónico de 1917:
“El delito es: §1
Público, si ya está divulgado, o si fue cometido o se halla en tales
circunstancias que puede y debe juzgarse prudentemente que con facilidad habrá
de adquirir divulgación…”.
Por lo tanto, hemos
demostrado detalladamente por qué es totalmente falso afirmar que los antipapas
del Vaticano II sean meramente “herejes materiales”. No pueden ser herejes
materiales porque: 1) conocen muy bien los dogmas que ellos niegan; 2) están obligados
a conocer la fe católica como “obispos”, especialmente los dogmas que ellos
niegan; y 3) ellos carecen de la fe y contradicen los misterios esenciales de
la fe que se deben guardar para ser católico.
5ª objeción: La
Iglesia no puede existir sin un Papa, o al menos no puede existir durante
cuarenta años sin un Papa, como dicen los sedevacantistas…
Respuesta: La Iglesia
ha existido por años sin un Papa, y eso ocurre cada vez que un Papa muere. La
Iglesia ha experimentado un interregno papal (es decir, un período sin un Papa)
más de 200 veces a lo largo de su historia. El interregno papal más largo
(antes de la apostasía del Vaticano II) fue entre los Papas San Marcelino
(296-304) y San Marcelo (308-309). Ese interregno duró más de tres años y
medio(36). Además, los teólogos enseñan que la Iglesia puede existir, incluso
por décadas sin un Papa.
"EL P. EDMUND
JAMES O'REILL DESTRUYE Y EL ARGUMENTO DE LOS ANTI-SEDEVACANTISTAS SOBRE LA
DURACIÓN DE UN INTERREGNO PAPAL (PERÍODO EN QUE NO HAY UN PAPA), MEDIANTE LA
ENSEÑANZA DE QUE LA IGLESIA PUEDE EXISTIR SIN UN PAPA POR DÉCADAS".-
El P. Edmund James
O’Reilly fue un teólogo eminenteAlescribir que vi después del Vaticano I y de
sus definiciones sobre la perpetuidad del oficio papal, él enseña que Dios
podría dejar a la Iglesia sin un Papa por más de 39 años, por ejemplo: la
duración del Gran Cisma de Occidente (1378-1417). La siguiente cita del
Padreserefiere alO’ReillyGranCismadeOccidente:
“Podemos detenernos
aquí para indagar acerca de lo que se ha dicho de la posición, en esa época, de
los tres reclamantes, y sus derechos respecto al Papado. En primer lugar,
durante todo el período, desde la muerte del Papa Gregorio XI en 1378 –con
excepción, por supuesto, de los intervalos entre muertes y elecciones para
llenar las vacantes que por ello se creaban –. Hubo en cada momento dado un
Papa verdaderamente investido de la dignidad del Vicario de Cristo y Cabeza de
la Iglesia, cualesquiera hayan sido las opiniones que pudieron existir en
cuanto a su autenticidad; no habría sido imposible o inconsistente con las
promesas de Cristo el que haya habido un interregno que cubriera todo el
período, porque esto de ninguna manera ha sido manifestado, si bien que, de
hecho, no hubo tal interregno”37.
El P. O’Reilly–quien
fue uno de los teólogos más eminentes del siglo XIX –dice que un interregno (un
período sin un Papa), que abarque todo el período del Gran Cisma de Occidente
no es en absoluto incompatible con las promesas de Cristo sobre su Iglesia. El
período del cual está hablando el P. O’Reilly con la muerte comienzó del Papa
Gregorioen XI y 1378 finalizó es encialmente en 1417, cuando fue elegido el
Papa Martín V. Eso sería un interregno de 39 años (período sin un Papa).
Es obvio que el P.
O’Reilly está del lado de aquellos que, al rechazar a los antipapas del
Vaticano II, mantienen la posibilidad de una vacante en la Santa Sede por un
período largo. De hecho, en la página 287 de su
libro,proféticaeladvertencia:P.O’Reilly escribe esta “El gran cisma de
Occidente me sugiere una reflexión que me tomo la libertad de expresar aquí. Si
este cisma no hubiera ocurrido, la hipótesis de que tal cosa sucediera,
parecería a muchos algo quimérico [absurdo]. Ellos dirían que no podría ser;
Dios no permitiría que la Iglesia llegara a una situación tan infeliz. Las
herejías podrían surgir y extenderse y durar penosamente por mucho tiempo,
lanzando a la defección y a la perdición a sus autores y cómplices, con gran
peligro también para los fieles, aumentado por las reales persecuciones en los
muchos lugares donde dominan los herejes. Pero que la verdadera Iglesia pueda
permanecer entre treinta y cuarenta años sin un Jefe bien elegido y
representante de Cristo en la tierra, esto no podría ocurrir. Sin embargo, ello
ha ocurrido, y no tenemos ninguna garantía de que no volverá a ocurrir otra
vez, aunque fervorosamente deseamos lo contrario. Lo que puedo inferir es que
no estamos muy aptos para pronunciarnos sobre lo que Dios puede permitir. Lo
que sí sabemos con absoluta certeza es que Él cumplirá sus promesas. (…También)
podemos confiar que Él hará mucho más de lo que se ha obligado a Sí mismo por
sus promesas. Podemos mirar hacia adelante con esperanzadoras probabilidades de
que no vuelvan a ocurrir el futuro algunos de los
problemas y desgracias
que han acontecido en el pasado. Pero nosotros, o nuestrossucesores en las
futuras generaciones de cristianos, quizás verán males más extraños que los que
ya hemos experimentado, incluso antes de la inmediata aproximación del gran fin
de todas las cosas en la tierra que precederá el día del juicio. Yo no me
declaro un profeta, ni pretendo ver infelices sucesos, de los que no tengo
conocimiento alguno. Todo lo que trato de dar a entender es que
lascontingencias en relación con la Iglesia, que no están excluidas por las
promesas divinas, no pueden ser consideradas como prácticamente imposibles,
sólo porque ellas serían terribles y peligrosas en un grado extremo”38.
Esto es un punto
excelente. El P. O’Reilly está diciendo que si el Gran Cisma de Occidente nunca
hubiera ocurrido, los católicos dirían que tal situación (tres reclamantes al
Papado sin que se pudiera comprobar por décadas quién era la verdadera cabeza)
sería imposible –al igual como dicen aquellos que la “tesis” sedevacantista es
imposible, en que escierto. a pesar que:
El P. O’Reilly dice el
que, Gran Cisma habiendo de Occidente, no tenemos ocurrido ninguna garantía que
no ocurran cosas peores que no estén excluidas por las promesas divinas. No hay
nada en contra de la indefectibilidad –que es una de las propiedades esenciales
de la Iglesia –el decir que no hemos tenido un Papa desde la muerte de Pío XII
en 1958. Todo estaría más bien en contra de laindefectibilidad de la Iglesia
católica si afirmáramos que fueron Papas verdaderos los que promulgaron el Vaticano
II, junto con apoyar oficialmente a las religiones falsas y paganas, promulgar
la Nueva Misa protestante, y sostener que los no católicos no necesitan
convertirse para la salvación. Que la Iglesia esté sin un Papa por un largo
período en la Gran Apostasía es el castigo infligido por Dios a nuestra
generación por la maldad del mundo.
La profecía de San
Nicolás de Flüe (1417-1487): “La Iglesia será castiga mayoría de sus miembros,
grandes y pequeños, se pervertirán. La Iglesia se hundirá más y más, hasta que,
finalmente, parecerá haber quedado destruida, y la sucesión de Pedro y de los
demás Apóstoles parecerá haber terminado. Pero después de esto,será exaltada
triunfalmente a la vista de todos los que dudaban”39.
6ª objeción: Las
definiciones del Vaticano I sobre la perpetuidad del oficio papal contradicen
las afirmaciones de los sedevacantistas.
Respuesta: Los dogmas
del Vaticano I no se contradicen con una vacancia de la sede papal, de hecho,
son aquellos que rechazan a los antipapas del Vaticano II los que aceptan
consecuentemente estos dogmas papales, ya que Benedicto XVI los rechaza
totalmente.
RESPUESTAS A LOS
PASAJES ESPECÍFICOS DEL CONCILIO VATICANO PRIMERO QUE SON CITADOS POR LOS
ANTI-SEDEVACANTISTAS –Y LO ABSURDO DE UN “PAPA”QUE NO CREE EN EL VATICANO
PRIMERO
Las personas que
intentan refutar el sedevacantismo a menudo citan tres pasajes del Vaticano I.
Responderemos específicamente a estos tres pasajes. Antes de hacerlo, debemos
hacer hincapié en el hecho que acabamos de tratar: han habido largos períodos
en que la Iglesia no ha tenido un Papa. Hemos mencionado el interregno de tres
y medio años que ocurrió entre el Papa San Marcelino y el Papa San Marcelo.
Cuando el Papa San
Gregorio VII murió el 25 de mayo de 1085, fue hasta casi dos años más tarde –el
9 de mayo de 1087 –que fue elegido su sucesor, el Papa Víctor III. El 25 de
junio de 1243, el Papa Inocencio IV se convirtió en el sucesor N° 179 de San
Pedro; sin embargo, su predecesor inmediato, el Papa Celestino IV, ya había
muerto hace más de un año y medio –el 10 de noviembre de 1241. Más tarde, en el
mismo siglo, los católicos tuvieron que esperar casi tres años para que la
Iglesia, tras la muerte del Papa Clemente IV, el 29 de noviembre de 1268,
nombrase al nuevo Papa, San Gregorio X, el 1 de septiembre de 1271. Se podrían
citar otros ejemplos de interregnos de un año o más entre los Papas; el punto
es que si bien la práctica común era transferir rápidamente el poder papal,
hubo excepciones. En la crisis actual, por lo tanto, ciertamente no es la
primera vez en que la Iglesia hatenido que sufrir un período significativo sin
un Papa.
Ya hemos tratado de
los antipapas que reinaron en Roma y que decían ser Papas, algo que vimos en el
caso de Anacleto II y en el Gran Cisma de Occidente. También hay un axioma
teológico, “nimás ni menos cambia la especie; un cambio de grado no afecta el principio”.
Si la Iglesiaoperdióla no fall perpetua sucesión papal por una vacancia de tres
años y siete meses, entonces la Iglesia no fallará o perderá la sucesión papal
perpetua durante una vacancia de cuarenta o más años. El principio es el mismo,
a menos que exista una enseñanza específica de la Iglesia que declare un límite
al interregno papal.
Debido a que no hay
enseñanza que ponga un límite a tal interregno papal (un período sin un Papa),
y puesto que las definiciones del Vaticano I sobre la perpetuidad del oficio
papal no hacen ninguna mención en absoluto acerca de las vacancias papales o
por cuánto tiempo podrían durar, entonces, si fuere cierto que las definiciones
del Vaticano I refutan la posición sedevacante (como algunos dicen), entonces
también refutarían, cada vez que la Iglesia se encuentre sin un Papa, la
indefectibilidad de la Iglesia católica. Pero, por supuesto, esto es imposible
y ridículo.
Por lo tanto, con el
fin de ser consistentes, los anti-sedevacantistas que citan al Vaticano I en
contra de la “tesis”sedevacante, deben argumentar que la Iglesia nunca puede
estar sin un Papa, ni siquiera por un solo momento (un absurdo evidente). Pero esto
es exactamente lo que argumenta uno de ellos en un muy interesante pero errado
artículo. Esto sirve para revelar el profundo prejuicio y los errores
esenciales de su posición: Chis Ferrara, la campaña "Oposición
Savacantista", Catholic Family News, agosta de 2005. La Iglesia nuca. p-
ni. 19: por un "momento, en su historia ha estado sin ningún sucesor de
Pedro válidamente elegido tras la muerte de su predecesor válidamente
elegido"40.
Esto es obviamente
absurdo y completamente falso. El autor sabe que esto es falso porque, en la
siguiente frase, declara:
Ferrara:Dehecho, “el
interregno más largo entre dos Papas de la historia de laIglesia fue de sólo
dos años y cinco meses, entre la muerte del Papa Nicolás IV (1292) y la
elección del Papa Celestino41. V (1294)”
En primer lugar, el
interregno que él menciona no fue el más largo de la historia de la Iglesia
(como vimos más arriba). En segundo lugar, él reconoce que la Iglesia ha
existido por años sin un Papa. Es así que ha habido un buen número de
“momentos”en la historia de la Iglesia donde ella se ha encontrado sin un Papa.
¿Por qué nos diría Ferrara que la Iglesia no puede estar sin un Papa “ni por un
momento”cuando él sabe que esto no es cierto?
Ahora que se ha
establecido el hecho de que la Iglesia sí puede estar sin un Papa durante un
largo periodo, echemos un vistazo a los pasajes del Concilio Vaticano I:
1. El Concilio
Vaticano I declara que el papado es el fundamento visible y el principio
perpetuo de la unidad Concilio Vaticano I, Constitución dogmática sobre la
Iglesia de Cristo, sesión 4, 18 de julio deMas para1870:queelepiscopado“ mismo
fuera uno e indiviso y la universal muchedumbre de los creyentes se conservara
en la unidad de la fe y de la comunión por medio de los sacerdotes coherentes
entre sí; al anteponer al bienaventurado Pedro a los demás Apóstoles, en él
instituyó un principio perpetuo de una y otra unidad y un fundamento visible,
sobre cuya fortaleza se construyera un templo eterno, y la altura de la
Iglesia, que había de alcanzar el cielo, se levantara sobre la firmeza de esta
fe”42.
Lo que Cristo
instituyó en San Pedro (el oficio de Pedro) sigue siendo el fundamento visible
y el principio perpetuo de unidad, INCLUSO HOY, Y CADA VEZ QUE NO HAY PAPA, y
esto se demuestra cada vez cuando un católico sedevacante convierte a un
“ortodoxo” acismáticola fe católica.
El católico (que es
sedevacantista) cristianamente le informa al cismático oriental que él no está
en la unidad de la Iglesia porque no acepta lo que Cristo instituyó en San
Pedro (el oficio del papado), y no solamente eso, sino además porque no acepta
lo que los sucesores de San Pedro han enseñado a lo largo de la historia de
manera obligatoria (por ejemplo, el Concilio de Trento, etc.). Este es un
claroejemplo de cómo el oficio del papado todavía está en función –y funcionará
para siempre –como el principio perpetuo de la unidad visible, distinguiendo a
los verdaderos fieles de los falsos (y la verdadera Iglesia de la falsa). Esto
sigue siendo verdadero aun cuando no hay Papa, y para los católicos que
sostienen hoy en día el sedevacantismo. Esta enseñanza dogmática del Vaticano I
no excluye los períodos cuando no hay un Papa ni tampoco se opone de manera
alguna a la tesis sedevacante.
De hecho, mientras
esta definición sigue siendo verdadera para el sedevacantista, debe quedar
claro que, (por ejemplo, en esta época de la Gran Apostasía) ESTA DEFINICIÓN
DEL VATICANO I
SÓLO PUEDE SEGUIR
SIENDO VERDADERA PARA EL SEDEVACANTISTA(y no para los anti-sedevacantistas).
ESTA DEFINICIÓN DEL VATICANO I RESPECTO AL PAPADO COMO SIENDO EL FUNDAMENTO
VISIBLE Y EL PRINCIPIO PERPETUO DE LA UNIDAD CIERTAMENTE NO PUEDE SER APLICADA
PARA LOS QUE ESTÁN BAJO BENEDICTO XVI, ya que el Vaticano II enseña todo lo
contrario:
Documento del Vaticano
II, Lumen gentium, # 15:
“La Iglesia se
reconoce unida por muchas razones con quienes, estando bautizados, se honran
con el nombre de cristianos, pero no profesan la fe en su totalidad o no
guardan la unidad de comunión bajo el sucesor de Pedro”43.
Vemos que el Vaticano
II enseña que el papado no es el fundamento visible de la unidad de la fe y la
comunión. Enseña que aquellos que rechazan el papado están en comunión con la
Iglesia. Dado que esta es la enseñanza oficial de la secta del Vaticano II y
sus antipapas, aquellos que se adhieren a ellos contradicen las enseñanzas del
Concilio Vaticano I anteriormente citadas.
En segundo lugar, la
enseñanza del Concilio Vaticano I sobre la perpetuidad del oficio papal sólo
sigue siendo verdadera para el sedevacante porque ¡Benedicto XVI enseña
explícitamente que no es esencial para la unidad aceptar el papado!
Benedicto XVI,
Principios de la Teología Católica (1982), pp. 197-198:De parte“ deoccidente,
la exigencia máxima sería que oriente reconociera la primacía del obispo de
Roma en todo el ámbito de la definición de 1870 [Vaticano I] y al hacerlo
someterse en la práctica, a una primacía como ha sido aceptada por las iglesias
uniatas. (Con…)respecto al protestantismo, la exigencia máxima de la Iglesia
católica sería que los ministros eclesiales protestantes sean considerados como
totalmente inválidos y que los protestantes se conviertan al catolicismo
(…)ningunas de estas máximas soluciones ofrecen una esperanza real de
unidad”44.
Ya hemos mostrado
–pero era necesario citarlo de nuevo aquí –que Benedicto XVI menciona
específicamente –y luego rechaza abiertamente –la enseñanza tradicional de la
Iglesia católica de que los protestantes y los cismáticos orientales deben ser
convertidos a la fe católica y aceptar el Vaticano I (“todo el ámbito de la
definición de 1870” ) para la unidad y la
salvación. Él rechaza específicamente que la definición dogmática del Concilio
Vaticano I (aceptar el papado, etc.) es obligatoria para la unidad de la
Iglesia. Además del hecho de que este es otro claro ejemplo de la herejía
manifiesta de los antipapas del Vaticano II, ¡esto prueba queBENEDICTO XVI (EL
HOMBRE QUE ACTUALMENTE ELLOS DICEN QUE ES EL “PAPA”) NIEGA EL MISMO DOGMA DEL
VATICANO I QUE SIRVE DE FUNDAMENTO PARA ESTA OBJECIÓN DE LOS ANTI-SEDEVACANTISTAS!
1. El papado perdurará
para siempre Vaticano I, Constitución dogmática sobre la Iglesia de Cristo,
sesión 4, cap. 2: “Lo que Cristo Señor, príncipe de los pastores y gran pastor
de las ovejas, instituyó en el bienaventurado Apóstol Pedro para perpetua salud
y bien perenne de la Iglesia, menester es que dure perpetuamente por obra del
mismo Señor en la Iglesia que, fundada sobre la piedra, tiene que permanecer
firme hasta la consumación de los siglos”45.
Sí, lo que Cristo
instituyó en San Pedro (es decir, el oficio del papado) debe permanecer para
siempre hasta el final de los tiempos. ¿Qué es el oficio papal? El oficio papal
es el oficio de San Pedro ejercido por todo verdadero y legítimo obispo de
Roma. Esto significa y garantiza que cada vez que hay un ocupante verdadero y
válido del cargo, él está dotado por Cristo con la infalibilidad (es decir, en
su capacidad docente autoritaria y obligatoria), y con la jurisdicción suprema
sobre la Iglesia universal, para que sea efectivamente el jefe visible de la
Iglesia. Esto sigue siendo cierto para todo ocupante verdadero y legítimo del
oficio papal hasta el final de los tiempos. Esto no quiere decir que la Iglesia
siempre tendrá un ocupante del oficio papal (como lo prueba la historia de la
Iglesia y las vacancias papales de más de 200 veces), ni tampoco significa que
sea imposible que un antipapa reine desde Roma (como fue el caso del antipapa
Anacleto II, que reinó en Roma desde 1130-1138). Esta definición no prueba nada
a favor de los anti-sedevacantistas, por lo tanto, continuemos.
1. Pedro tendrá
perpetuos sucesores en su primado sobre toda la Iglesia universal Papa Pío IX,
Primer Concilio Vaticano, sesión 4, cap. 2, [canon]. “Si alguno, pues, dijere
que no es de institución de Cristo mismo, es decir, de derecho divino, que el
bienaventurado Pedro tenga perpetuos sucesores en el primado sobre la Iglesia
universal; o que el Romano Pontífice no es sucesor del bienaventurado Pedro en
el mismo primado, sea anatema”46.
Este es el canon
favorito de aquellos que se oponen a la “tesis” nosedevacante;obstante,como
veremos, también no prueba nada a favor de su falsa posición. Las palabras y
distinciones son muy importantes. El entender las distinciones y las palabras a
menudo hace la gran diferencia entre el protestantismo y el catolicismo.
El canon del Vaticano
I condena a aquellos que niegan “que Pedro tenga perpetuos sucesores en el
primado sobre la Iglesia universal”. Nóteselafraseperpetuos“ sucesoresEN EL
PRIMADO”. Esto, como hemos visto, no significa y no puede significar que
siempre tendremos un Papa. Por eso no dice que “siempre tendremos un Papa”.Es
un hecho que han existido periodos sin un Papa. Entonces, ¿qué significa el
canon?
Para comprender este
canon, debemos recordar que hay cismáticos que sostienen que al mismo San Pedro
le fue dado por Jesucristo el primado sobre la Iglesia universal, pero que el
primado sobre la Iglesia universal terminó con San Pedro.Ellos sostienen que
los obispos de Roma no son los sucesores del mismo primado que tuvo San Pedro.
Ellos sostienen que la fuerza de hecho y derecho del primado no desciende a los
Papas, a pesar que ellos sean los sucesores de San Pedro como obispos de Roma.
De nuevo: los “ortodoxos”cismáticos admitirían que los obispos de Roma son
sucesores de San Pedro, en cierto modo, debido a que son sucesores como obispos
de Roma, pero no son sucesores con la misma primacía jurisdiccional sobre la
Iglesia universal que tuvo San Pedro en su vida. Esta es la herejía de la cual
trata el canon arriba citado.
Esta herejía – que
niega que un Papa sea el sucesor del San Pedro con el mismo primado
perpetuamente (es decir, cada vez que haya un Papa hasta el final de los
tiempos, él será un sucesor en el mismo primado, con la misma autoridad que
gozó San Pedro) –es precisamente lo que condena este canon.
Papa Pío IX, Primer
Concilio Vaticano, sesión 4, cap. 2, [canon]. “Si alguno, pues, dijere que no
es de institución de Cristo mismo, es decir, de derecho divino, que
elbienaventurado Pedro tenga perpetuos sucesores en el primado sobre la Iglesia
universal; o que el Romano Pontífice no es sucesor del bienaventurado Pedro en
el mismo primado, sea anatema”47.
Cuando entendemos bien
esto, se ve claramente cuál es el significado de este canon. Esto se acentúa al
final con las palabras “o que el Romano Pontífice no es el sucesor del
bienaventurado Pedro en el mismo primado, sea anatema”. El canonnoestá
declarando que siempre vamos a tener un Papa o que no habrá vacíos,
comoclaramente lo hemos tenido. El significado del canon se desprende por lo
que dice. Condena a aquellos que niegan que Pedro tenga sucesores perpetuos en
el primado –es decir, aquellos que niegan que cada vez que haya un verdadero y
legítimo Papa hasta el final de los tiempos, él será un sucesor en el mismo
primado, con la misma autoridad que gozó San Pedro.
Este canon no prueba
nada a favor de los anti-sedevacantistas, pero sí prueba algo para nosotros.
¡Recuerden, Benedicto XVI también rechaza este dogma sobre el primado de los
Papas!
BENEDICTO XVI RECHAZA
TOTALMENTE ESTE CANON Y EL VATICANO I
Benedicto XVI,
Principios de Teología Católica (1982), p. 198:Tampoco“ es posible, porotra
parte, que se considere como la única forma posible y, en consecuencia, sea
obligatoria para todos los cristianos la forma que tomó esta primacía en los
siglos XIX y XX [Nota del autor: esto significa que los cismáticos no necesitan
aceptar el VaticanoI].Los gestos simbólicos del Papa Pablo VI y, en particular,
el haberse arrodilladoante el representante del patriarca ecuménico [el
patriarca cismático Atenágoras] fueron un intento de expresar precisamente esto
y, por tales gestos, señalar el camino para salir del impase histórico,
(En…)otras palabras, Roma no debe exigirmás de oriente con respecto a la
doctrina de la primacía que como había sido formulada y vivida en el primer
milenio. Cuando el Patriarca Atenágoras[elcismático no católico], el 25 de
julio de 1967, con motivo de la visita del Papa a Fanar, lo designó como siendo
el sucesor de San Pedro, como el más estimado de entre nosotros, como el que
preside en la caridad, este gran líder de la Iglesia estaba expresando el
contenido eclesial de la doctrina de la primacía como había sido conocida en el
primer milenio. Roma no tiene por qué pedir más”48.
Esto significa, una
vez más, que, según Benedicto XVI, todos los cristianos noestán obligados a
creer en el papado tal como fue definido en el Concilio Vaticano I en 1870.Esto
significa que los “ortodoxos”cismáticos sí pueden rechazar el papado. Esto es
una negación flagrante del Concilio Vaticano I y de la necesidad de aceptar la
primacía por parte de aquel que afirma ser “el Papa”. ¿Quién clamará en contra
de esta demencia abominable?
Papa Pío IX, Concilio
Vaticano I, 1870, sesión 4, todoscaplos.fieles3, ex cathedra de Cristo deben
creer que ‘la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado
sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del
bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles, y verdadero vicario de
Jesucristo y cabeza de toda la Iglesia, (Enseñamos,…) por ende, y declaramos,
que la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el principado de
potestad ordinaria sobre todas las otras (…)Tal es la doctrina de la verdad
católica, de la que nadie puede desviarse sin menoscabo de su fe y su
salvación”49.
Por otra parte, nótese
que Benedicto XVI reconoce que los gestos simbólicos de Pablo VI con el
patriarca cismático “fueron un intento de expresar precisamente esto”,¡es
decir, sus gestos (como arrodillarse ante el representante no católico, el
cismático patriarca Atenágoras) expresaron que los cismáticos no necesitan que
creer en el papado y en el Vaticano I! Consideren esto como una prueba
contundente de todo lo que hemos dicho con respecto a los gestos continuos de
Juan Pablo II hacia los cismáticos, por ejemplo: darles reliquias, darles
ofrendas, elogiar susglesias“i”,sentarse a rezar en igualdad con ellos, firmar
declaraciones comunes con ellos, levantar las excomuniones contra ellos.
Hemos señalado una y
otra vez que con estas solas acciones (ni siquiera considerando sus otras
declaraciones) constituyen una demostración de que ellos enseñan que los
cismáticos no tienen que aceptar el dogma del papado. Innumerables falsos
tradicionalistas y miembros de la Iglesia del Vaticano II lo niegan y tratan de
explicar estos gestos como meramente escandalosos u otra cosa, pero no
heréticos en sí. Bueno, aquí tenemos a Ratzinger –ahora Benedicto XVI como
nuevo “jefe”de la Iglesia del Vaticano II –admitiendo precisamente lo que hemos
dicho. En la sección sobre las herejías de Benedicto XVI, hemos cubierto con
gran detalle sus otras negaciones del Vaticano I. No vamos a repetirlo todo
aquí; por favor consulte esa sección al respecto.
Por lo tanto, por
favor dígame, querido lector: ¿Quién realmente niega el Concilio Vaticano I?
¿Quién niega los dogmas sobre la perpetuidad, la autoridad y las prerrogativas
del oficio papal? ¿Quién niega lo que Cristo instituyó en San Pedro? ¿No son
acaso los sedevacantistas los que señalan acertadamente que aquella persona que
niega el Vaticano I esta fuera de la Iglesia, fuera de la unidad –puesto que él
rechaza, entre otras cosas, el principio perpetuo de la unidad que es el papado
–y, por lo tanto, esa persona no puede ocupar ningún cargo ni dirigir una
Iglesia en la cual él mismo no cree?
San Roberto Belarmino
(1610), Doctor deUn laPapa queIglesia:semanifieste “hereje, por ese mismo hecho
(per se) cesa de ser Papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser cristiano
y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la
Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que
los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”.
San Francisco de
Sales, Doctor de la Iglesia:
“De hecho, sería uno
de los más extraños monstruos que podrían verse –si lacabeza de la Iglesia no
fuera de la Iglesia”50.
¿O acaso los
verdaderos negadores del papado y del Vaticano I no son aquellos que profesan
la unión con aquel que claramente ni siquiera cree en el Concilio Vaticano I,
aquel que ni siquiera cree que el papado y el Vaticano I sean obligatorios para
todos los cristianos; aquel que ni siquiera cree que el papado era aceptado en
el primer milenio?
La respuesta es
evidente para cualquier persona sincera y honesta que considere estos hechos.
Es el antipapa Benedicto XVI, y todos los que obstinadamente insisten en estar
en unión con él, quienes niegan el papado; los verdaderos fieles al papado y de
la unidad de la Iglesia son los sedevacantistas.
Papa Pío IX, Concilio
Vaticano I, 1870, sesión 4, todoscaplos.fieles3, ex cathedra de Cristo deben
creer que ‘la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado
sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del bienaventurado
Pedro, príncipe de los apóstoles, y verdadero vicario de Jesucristo y cabeza de
toda la Iglesia, (Enseñamos,…) por ende, y declaramos, que la Iglesia Romana,
por disposición del Señor, posee el principado de potestad ordinaria sobre
todas las otras (…)Tal es la doctrina de la verdad católica, de la que nadie
puede desviarse sin menoscabo de su fe y su salvación”49.
Por otra parte, nótese
que Benedicto XVI reconoce que los gestos simbólicos de Pablo VI con el
patriarca cismático “fueron un intento de expresar precisamente esto”,¡es
decir, sus gestos (como arrodillarse ante el representante no católico, el
cismático patriarca Atenágoras) expresaron que los cismáticos no necesitan que
creer en el papado y en el Vaticano I! Consideren esto como una prueba contundente
de todo lo que hemos dicho con respecto a los gestos continuos de Juan Pablo II
hacia los cismáticos, por ejemplo: darles reliquias, darles ofrendas, elogiar
susglesias“i”,sentarse a rezar en igualdad con ellos, firmar declaraciones
comunes con ellos, levantar las excomuniones contra ellos.
Hemos señalado una y
otra vez que con estas solas acciones (ni siquiera considerando sus otras
declaraciones) constituyen una demostración de que ellos enseñan que los
cismáticos no tienen que aceptar el dogma del papado. Innumerables falsos
tradicionalistas y miembros de la Iglesia del Vaticano II lo niegan y tratan de
explicar estos gestos como meramente escandalosos u otra cosa, pero no
heréticos en sí. Bueno, aquí tenemos a Ratzinger –ahora Benedicto XVI como
nuevo “jefe”de la Iglesia del Vaticano II –admitiendo precisamente lo que hemos
dicho.
En la sección sobre
las herejías de Benedicto XVI, hemos cubierto con gran detalle sus otras
negaciones del Vaticano I. No vamos a repetirlo todo aquí; por favor consulte
esa sección al respecto.
Por lo tanto, por
favor dígame, querido lector: ¿Quién realmente niega el Concilio Vaticano I?
¿Quién niega los dogmas sobre la perpetuidad, la autoridad y las prerrogativas
del oficio papal? ¿Quién niega lo que Cristo instituyó en San Pedro? ¿No son
acaso los sedevacantistas los que señalan acertadamente que aquella persona que
niega el Vaticano I esta fuera de la Iglesia, fuera de la unidad –puesto que él
rechaza, entre otras cosas, el principio perpetuo de la unidad que es el papado
–y, por lo tanto, esa persona no puede ocupar ningún cargo ni dirigir una
Iglesia en la cual él mismo no cree?
San Roberto Belarmino
(1610), Doctor deUn laPapa queIglesia:semanifieste “hereje, por ese mismo hecho
(per se) cesa de ser Papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser cristiano
y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la
Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que
los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”.
San Francisco de Sales,
Doctor de la Iglesia: “De hecho, sería uno de los más extraños monstruos que
podrían verse –si la cabeza de la Iglesia no fuera de la Iglesia”50.
¿O acaso los
verdaderos negadores del papado y del Vaticano I no son aquellos que profesan
la unión con aquel que claramente ni siquiera cree en el Concilio Vaticano I,
aquel que ni siquiera cree que el papado y el Vaticano I sean obligatorios para
todos los cristianos; aquel que ni siquiera cree que el papado era aceptado en
el primer milenio?
La respuesta es
evidente para cualquier persona sincera y honesta que considere estos hechos.
Es el antipapa Benedicto XVI, y todos los que obstinadamente insisten en estar
en unión con él, quienes niegan el papado; los verdaderos fieles al papado y de
la unidad de la Iglesia son los sedevacantistas.
Papa Pío IX, Concilio
Vaticano I, 1870, sesión 4, todoscaplos.fieles3, ex cathedra de Cristo deben
creer que ‘la Santa Sede Apostólica y el Romano Pontífice poseen el primado
sobre todo el orbe, y que el mismo Romano Pontífice es sucesor del
bienaventurado Pedro, príncipe de los apóstoles, y verdadero vicario de
Jesucristo y cabeza de toda la Iglesia, (Enseñamos,…) por ende, y declaramos,
que la Iglesia Romana, por disposición del Señor, posee el principado de
potestad ordinaria sobre todas las otras (…)Tal es la doctrina de la verdad
católica, de la que nadie puede desviarse sin menoscabo de su fe y su
salvación”49.
Por otra parte, nótese
que Benedicto XVI reconoce que los gestos simbólicos de Pablo VI con el
patriarca cismático “fueron un intento de expresar precisamente esto”,¡es
decir, sus gestos (como arrodillarse ante el representante no católico, el
cismático patriarca Atenágoras) expresaron que los cismáticos no necesitan que
creer en el papado y en el Vaticano I! Consideren esto como una prueba
contundente de todo lo que hemos dicho con respecto a los gestos continuos de
Juan Pablo II hacia los cismáticos, por ejemplo: darles reliquias, darles
ofrendas, elogiar susglesias“i”,sentarse a rezar en igualdad con ellos, firmar
declaraciones comunes con ellos, levantar las excomuniones contra ellos.
Hemos señalado una y
otra vez que con estas solas acciones (ni siquiera considerando sus otras
declaraciones) constituyen una demostración de que ellos enseñan que los
cismáticos no tienen que aceptar el dogma del papado. Innumerables falsos
tradicionalistas y miembros de la Iglesia del Vaticano II lo niegan y tratan de
explicar estos gestos como meramente escandalosos u otra cosa, pero no
heréticos en sí. Bueno, aquí tenemos a Ratzinger –ahora Benedicto XVI como
nuevo “jefe”de la Iglesia del Vaticano II –admitiendo precisamente lo que hemos
dicho.
En la sección sobre
las herejías de Benedicto XVI, hemos cubierto con gran detalle sus otras
negaciones del Vaticano I. No vamos a repetirlo todo aquí; por favor consulte
esa sección al respecto.
Por lo tanto, por
favor dígame, querido lector: ¿Quién realmente niega el Concilio Vaticano I?
¿Quién niega los dogmas sobre la perpetuidad, la autoridad y las prerrogativas
del oficio papal? ¿Quién niega lo que Cristo instituyó en San Pedro? ¿No son
acaso los sedevacantistas los que señalan acertadamente que aquella persona que
niega el Vaticano I esta fuera de la Iglesia, fuera de la unidad –puesto que él
rechaza, entre otras cosas, el principio perpetuo de la unidad que es el papado
–y, por lo tanto, esa persona no puede ocupar ningún cargo ni dirigir una
Iglesia en la cual él mismo no cree?
San Roberto Belarmino
(1610), Doctor deUn laPapa queIglesia:semanifieste “hereje, por ese mismo hecho
(per se) cesa de ser Papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser cristiano
y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado por la
Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que enseñaban que
los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda jurisdicción”.
San Francisco de
Sales, Doctor de la Iglesia:
“De hecho, sería uno
de los más extraños monstruos que podrían verse –si la cabeza de la Iglesia no
fuera de la Iglesia”50.
¿O acaso los
verdaderos negadores del papado y del Vaticano I no son aquellos que profesan
la unión con aquel que claramente ni siquiera cree en el Concilio Vaticano I,
aquel que ni siquiera cree que el papado y el Vaticano I sean obligatorios para
todos los cristianos; aquel que ni siquiera cree que el papado era aceptado en
el primer milenio?
La respuesta es
evidente para cualquier persona sincera y honesta que considere estos hechos.
Es el antipapa Benedicto XVI, y todos los que obstinadamente insisten en estar
en unión con él, quienes niegan el papado; los verdaderos fieles al papado y de
la unidad de la Iglesia son los sedevacantistas.
7ª objeción: Nadie
puede juzgar al Papa; “La Santa Sede del Vaticano II son verdaderos Papas”.
Respuesta: En primer
lugar, es necesario comprender lo que significa la enseñanza “Nadie puede
juzgar a la Santa Sede”. Esto proviene de laIglesia primitiva. En la Iglesia
primitiva, cuando un obispo era acusado de un delito, a veces había un juicio
presidido por otros obispos o por un patriarca de mayor autoridad. Estos obispos
juzgaban al obispo acusado. Sin embargo, el obispo de Roma, como es el obispo
supremo en la Iglesia, no puede ser sometido a ningún juicio por otros obispos
o por otras personas.
Papa San Nicolás,
epístola (8), Proposueramus quidem, 865:
“…El juez no será
juzgado ni por el Augusto, ni por todo el clero, ni por los reyes, ni por el
pueblo (…‘)La primera Sede no será juzgada por nadie’”51.
Esto es lo que
significa el “Nadie puede juzgarere la Sa reconocer a un hereje manifiesto que
reclama ser el Papa cuando no es un verdadero Papa. Y esto nos lleva al segundo
punto, que es el más importante al respecto.
En segundo lugar, ¡la
Santa Sede nos ha dicho que ningún hereje puede ser aceptado como un Papa
válido! Con la plenitud de su autoridad, el Papa Pablo IV definió que si
alguien fuera promovido al papado siendo hereje, no será Papa verdadero ni
válido, y que puede ser rechazado como un hechicero, pagano, publicano y
heresiarca.
Papa Pablo IV, de la
Bula Cum ex apostolatus officio, 15 de febrero de 1559:Nro.6. “ Agregamos, [por
esta Nuestra Constitución, que debe seguir siendo válida a perpetuidad, Nos
promulgamos, determinamos, decretamos y definimos:-] que si en algún tiempo
aconteciese que un obispo, incluso en función de arzobispo, o de patriarca, o
primado; o un cardenal, incluso en función de legado, o electo Pontífice Romano
que antes de su promoción al cardenalato o asunción al pontificado, se hubiese
desviado de la fe católica, o hubiese caído en herejía:
1º.- o lo hubiese
suscitado o cometido, la promoción o asunción, incluso si ésta hubiera ocurrido
con el acuerdo unánime de todos los Cardenales, es nula, inválida y sin ningún
efecto;
2º.- y de ningún modo
puede considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del
cargo y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de
gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del
Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera
sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos.
3º.- Tal asunción no
será tenida por legítima en ninguna de sus partes, (…)
4º.- los que así
hubiesen sido promovidos y hubiesen asumido sus funciones, por esa misma razón
y sin necesidad de hacer ninguna declaración ulterior, están privados de toda
dignidad, lugar, honor, título, autoridad, función y poder, (…)
Nro. 7.… séales lícito
en consecuencia a todas y cada una de las personas subordinadas a los así
promovidos y asumidos, si no se hubiesen apartado antes de la fe, ni hubiesen
sido heréticos, ni hubiesen incurrido en cisma, o lo hubiesen suscitado o cometido:
1º tanto clérigos,
seculares y religiosos, 2º lo mismo que los laicos; 3º los Cardenales,
[etc.]…sustraerse en cualquier momento e impunemente de la obediencia y
devoción de quienes fueron así promovidos o entraron en funciones, y evitarlos
como si fuesen hechiceros, paganos, publicanos o heresiarcas, lo que no obsta
que estas mismas personas hayan de prestar sin embargo estricta fidelidad y
obediencia a los futuros obispos, arzobispos, patriarcas, primados, cardenales
o al Romano Pontífice, canónicamente electo.
Nro. 10. Por lo tanto,
a hombre alguno sea lícito infringir esta página de Nuestra Aprobación,
Innovación, Sanción, Estatuto, Derogación, Voluntades, Decretos, o por
temeraria osadía, contradecirlos. Pero si alguien pretendiese intentarlo, sepa
que habrá de incurrir en la indignación de Dios omnipotente y en la de sus
santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Dado en Roma, junto a
San Pedro, en el año de la Encarnación del Señor 1559, XVº anterior a las
calendas de Marzo, año 4º de nuestro Pontificado.
+ Yo, Pablo, Obispo de
la Iglesia católica…”
Por lo tanto, uno
obedece y se adhiere a la enseñanza de la Santa Sede al rechazar como inválidos
a los reclamantes heréticos post-Vaticano II. Ellos no son verdaderos Papas,
según la enseñanza de la Santa Sede.
En tercer lugar, al
principio de dicha bula, antes de la declaración de que los fieles pueden
rechazar como totalmente inválida la “elección”de un hereje, el Papa Pablo IV
repitió la enseñanza de que nadie puede juzgar al Papa.
Papa Pablo IV, de la
Bula Cum ex Apostolatus Officio, 15 de febrero de 1559: “N
Considerando la
gravedad particular de esta situación [es decir, el error en cuanto a la fe] y
sus peligros al punto que el mismo Romano Pontífice, que como Vicario de
Dios y de nuestro
Señor tiene la plena potestad en la tierra, y a todos juzga y no puede ser
juzgado por nadie, si fuese encontrado desviado de la Fe, podría ser acusado”.
No puede haber una
confirmación más impresionante de que la posición sedevacantista no contradice
la enseñanza de que “Nadie puede juzgar al Papa o a la Santa Sede”, puesto que
es un hecho que la Bula del Papa Pablo IV repite esta enseñanza con respecto a que
nadie juzga al Papa ¡inmediatamente antes de declarar que los fieles deben
reconocer como inválida la elección de un hereje!
El Papa Paulo IV, a
diferencia de los anti-sedevacantistas que usan el argumentonose puede“ juzgar
a la Santa Sede”, distingue correctamente entre un verdadero Papa católico, a
quien nadie puede juzgar, y un hereje manifiesto (p. ej., Benedicto XVI) que se
ha mostrado ser un no católico que no es Papa, puesto que se encuentra fuera de
la verdadera fe. Esta es una prueba evidente de que los sedevacantistas, que
sostienen como inválida la “eleccinoón” del h están juzgando a un Papa.
Finalmente, muchas de
las personas que tratan de defender a los “Papas del Vaticano II",diciendo
que no se“puede juzgar a la Santa Sede”,son ellos mismos los culpables por
rechazar las decisiones obligatorias de los hombres que ellos dicen que son la
autoridad en la Santa Sede. La mayor parte de los tradicionalistas rechazan el
Vaticano II, las “canonizaciones”de los “Papas del Vaticano II; etc".
Esta es una actitud
cismática puesto que rechaza las decisiones obligatorias de los hombres que
ellos dicen que son la autoridad legítima en la Santa Sede. Ello prueba que
estos “PAPAS NO SON PAPAS EN ABSOLUTO Y, DE HECHO, NO OCUPAN LA SANTA
SEDE".-
8ª objeción: San
Roberto Belarmino dijo que no se puede deponer a un Papa, pero que sí es lícito
resistirlo. Los sedevacantistas juzgan, castigan y deponen al Papa…
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, libro II,Asícomocapeslícito. 29: “ resistir al Pontífice que
agrede al cuerpo, así también es lícito resistir a aquel que agrede a las almas
o destruye el orden civil o, sobre todo, trata de destruir la Iglesia. Digo que
es lícito resistirle no haciendo lo que ordena e impidiendo la ejecución de su
voluntad. No es lícito, sin embargo, juzgarlo, castigarlo o deponerlo”.
Respuesta: Muchos de
los que creen que Benedicto XVI es el Papa, sin embargo rechazan los actos
oficiales de su “Iglesia”, como el Vaticano II, intentan justificar su falsa
posición en base a este pasaje de San Roberto Belarmino. De hecho, este pasaje
es uno de los fragmentos más usados como evidencia por parte de aquellos que se
lanzan contra la posición sedevacante. Por desgracia, el pasaje ha sido
completamente abusado y distorsionado.
En primer lugar, en el
capítulo que sigue inmediatamente de la cita anterior de Belarmino, él nos
enseña lo siguiente:
“Un Papa que se
manifieste hereje, por ese mismo hecho (per se) cesa de ser Papa y cabeza, así
como por lo mismo deja de ser un cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto,
él puede ser juzgado y castigado por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos
los Padres antiguos, que enseñaban que los herejes manifiestos pierden
inmediatamente toda jurisdicción”52.
Esperen un segundo. En
el capítulo 29 (la cita dada en la 8ª objeción), San Roberto dice que al Papa
no puede ser “juzgarlo, castigarlo o depuesto”. En el capítulo 30, él dice que
un hereje manifiesto cesa de ser Papa (es decir, es depuesto) y que puede ser
“juzgado y castigado”por la Iglesia.
Mi pregunta a aquellos
que hacen esta objeción es la siguiente: ¿Acaso es un idiota San Roberto
Belarmino?
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, capítulo 29 No se puede “juzgar, castigar, o deponer”al
Papa
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, capítulo 30 Un Papa que se manifieste hereje es depuesto,
“juzgado y castigado”
San Roberto Belarmino
ni es idiota ni se está contradiciendo así mismo. Él es un doctor de la
Iglesia, y sabe exactamente lo que está tratando de decir. Es claramente
evidente, por tanto, que él no está hablando de un Papa manifiestamente
herético en el capítulo 29, sino más bien de un verdadero Papa que da mal
ejemplo, pero que no es un hereje manifiesto. El contexto del capítulo confirma
esto más allá de cualquier duda.
En el capítulo 29, San
Roberto refuta extensamente nueve argumentos que favorecían la posición de que
el Papa está sujeto al poder secular (emperador, rey, etc.) y a un concilio
ecuménico (la herejía del conciliarismo). Durante la Edad Media, la herejía del
conciliarismo (un Papa sometido a un concilio ecuménico) se convirtió en un
problema importante. En contradicción a esta herejía, San Roberto Belarmino
afirma que, si bien un católico puede resistir a un Papa malo, no lo puede
destituir, incluso si el Papa da mal ejemplo o perturba el estado (sociedad
civil) o mata almas por su acción (escandalo moral). San Roberto habla aquí de
un Papa malo que no es hereje manifiesto (ya que los pecados morales, por
graves que sean, a excepción de los pecados contra la fe, no hacen que se deje
de ser miembro de la Iglesia), ¡debido a esto, en el siguiente capítulo, él
trata precisamente sobre la herejía manifiesta! Es muy sencillo. ¡Él dice en el
capítulo siguiente que el hereje manifiesto no será considerado Papa!
Teniendo esto en
cuenta, la objeción levantada contra el sedevacantismo en base a Belarmino
queda refutada. Él no está hablando de un hereje manifiesto en el capítulo 29,
sino de un verdadero Papa que actúa indebidamente, puesto que él explica, en el
capítulo 30, que un Papa manifiestamente herético es depuesto, juzgado y
castigado. Es un pecado mortal de omisión que los católicosautores” “ citen una
y otra vez el pasaje del capítulo 29, sin hacer mención de la declaración de
San Roberto en el capítulo 30 respecto a Papas manifiestamente heréticos. Entre
estas personas incluimos a los que escriben para algunas de las notorias
publicaciones “tradicionalistas”. Estos autores suprimen la enseñanza de San
Roberto en el capítulo 30, junto con todos los otros santos, Papas y canónigos
que enseñan que un Papa que se manifieste hereje pierde su oficio. Estos falsos
“tradicionalilohacen así porque quieren hacerles pensar sutilmente a sus
lectores que San Roberto condena el sedevacantismo, cuando en realidad él y
todos los primeros Padres de la Iglesia apoyan el hecho de que un hereje
manifiesto no es Papa.
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30:
“Porque, en primer
lugar, se demuestra con argumentos de autoridad y por la razón de que el hereje
manifiesto es depuesto ‘ipso facto’.El argumento de autoridad se basa en San
Pablo (Tito 3, 10), que ordena que evitemos al hereje después de dos
advertencias, es decir, después de haber mostrado ser manifiestamente obstinado
–lo que significa que antes de cualquier excomunión o sentencia judicial. Y
esto es lo que escribe San Jerónimo, añadiendo que otros pecadores están
excluidos de la Iglesia por la pena de excomunión, pero los herejes, por sus
propios actos, se exilian y se separan ellos mismos del cuerpo de Cristo”.
Y una vez más enseña
San Roberto Belarmino:
“Este principio es de
lo más cierto. El que no es cristiano no puede de ninguna manera ser Papa, como
Cayetano lo dijo (ib. c. 26). La razón de esto es que nadie puede ser cabeza de
lo que no es miembro. Ahora bien, el que no es cristiano no es miembro de la
Iglesia, y el que se manifieste hereje no es un cristiano, como claramente lo
enseñan San Cipriano (lib. 4, epíst. 2), San Atanasio (Cont. arria.), San
Agustín (lib. De great. Christ.), San Jerónimo (contra Lucifer), entre otros;
por lo tanto, el hereje manifiesto no puede ser Papa”53.
9ª objeción: El Papa
Liberio cedió ante los herejes arrianos y excomulgó a San Atanasio, sin
embargo, él continuó siendo el Papa.-
Respuesta: No es
cierto que el Papa Liberio cedió ante los arrianos, ni que haya firmado alguna
fórmula arriana, o que excomulgó a San Atanasio. El Papa Liberio fue un
defensor firme de la verdad durante la crisis arriana, pero al regresar después
de su destierro hizo creer a algunos que él había transigido la fe, cuando, de
hecho, no lo había hecho. Citemos al Papa Pío IX.
Papa Pío IX, Quartus
supra, # 16, 6 de enero de 1873, sobre las falsas acusaciones:
“Y previamente los
arrianos acusaron falsamente a Liberio, Nuestro predecesor, al emperador
Constantino, porque Liberio se negó a condenar a San Atanasio, obispode
Alejandría, y se negó a apoyarlos en su herejía”54.
Papa Benedicto XV,
Principi apostolorum Petro, # 3, 5 de octubre de 1920:
“En efecto, para no
ser encontrados infieles en su misión, algunos fueron sin miedo al exilio, como
por ejemplo Liberio, Silverio y Martino”55.
Según el Papa Pío IX y
el Papa Benedicto XV, el Papa Liberio no vaciló de ningún modo durante la
crisis arriana, y fue acusado falsamente por los enemigos de la Iglesia por
haberse mantenido firme. También el Papa San Anastasio I es testigo de esto.
Papa San Anastasio I,
epístola Dat mihi plurimum, cerca de 400 d.C.:
“Puesto que por este
tiempo en que Constancio, de divina memoria, obtenía victorioso el orbe, no
pudo esparcir sus manchas por subrepción alguna la herética facción arriana,
disposición, según creemos, de la providencia de nuestro Dios, a fin de que
aquella santa e inmaculada fe no se contaminara con algún vicio de blasfemia de
hombres maldicientes (…) Por esta fe sufrieron de buena gana el destierro los
que entonces se mostraron como santos obispos, esto es, Dionisio de ahí, siervo
de Dios, dispuesto por las divinas enseñanzas y, tal vez siguiendo su ejemplo,
LIBERIO, obispo de Roma, de santa memoria, Eusebio de Verceli e Hilario de las
Galias, por no citar a muchos otros que hubieran preferido ser clavados en la
cruz, antes que blasfemar de Cristo Dios, a lo que quería forzarlos la herejía
arriana, o sea llamar al Hijo de Dios, al Cristo Dios, una criatura del
Señor”56.
No fue el Papa
Liberio, sino el pseudo-obispo Ischyras, quien, antes de usurpar la sede de
Alejandría, expulsó a San Atanasio de su sede.
Papa Pío VI, Charitas,
# 14, 13 de abril de 1791:
“Tal vez en el
reconocimiento de estas acciones, el obispo de Lidda, Jean Joseph Gobel, fue
elegido arzobispo de París, mientras que aún vivía el arzobispo. Él
estásiguiendo el ejemplo de Ischyras, quien fue proclamado obispo de Alejandría
en el Concilio de Tiro como pago por su obra pecaminosa de acusar a San
Atanasio y expulsarlo de su sede”57.
10ª objeción: El Papa
Pío XII declaró en Vacantis apostolicae sedis que un cardenal, no importando
bajo qué excomunión este sometido, puede ser elegido.
Papa Pío XII, Vacantis
apostolicae sedis, 8 de diciembre de 1945:.Ninguno“34delos cardenales puede en
cualquier forma o por cualquier pretexto de excomunión, expulsión o prohibición
alguna, o de cualquier otro impedimento eclesiástico, ser excluido de la
elección activa y pasiva del Supremo Pontificado. Nos presentamos la suspensión
de tales censuras únicamente por el propósito de dicha elección; en otras
ocasiones deben permanecer en vigor (AAS 38 [1946], p. 76)”.
RESPUESTA: Como ya
hemos demostrado, es un dogma que 1) los herejes no son miembros de la Iglesia
y, 2) que un Papa es la cabeza de la Iglesia. Es un hecho dogmático, por lo
tanto, que un hereje no puede ser la cabeza de la Iglesia, ya que no es miembro
de ella.
¿Entonces, qué quiere
autorizar el Papa Pío XII en Vacantis apostolicae sedis? En primer lugar, hay
que entender que la excomunión puede ser efectuada por muchas causas.
Históricamente, las excomuniones se distinguían por los términos mayor y menor.
Excomuniones mayores se incurrían por herejía y cisma (pecados contra la fe) y
ciertos otros pecados mortales. Los que recibían excomunión mayor por herejía
no eran miembros de la Iglesia (como ya lo acabamos de demostrar en detalle).
Sin embargo, la excomunión menor no separa de la Iglesia, sino que prohíbe la
participación en la vida sacramental de la Iglesia. El Papa Benedicto XIV
señaló la distinción.
Papa Benedicto XIV, Ex
quo primum, # 23, 1 de marzo de 1756:
“Además, los herejes y
cismáticos están sometidos a la censura de la excomunión mayor por la ley del
Can. de Ligu. 23, cuest. 5, y del Can. Nulli, 5, dist. 19”58.
La excomunión menor,
por el contrario, se incurría por causas tales como violar un secreto del Santo
Oficio, falsificar reliquias (c. 2326), violación de un claustro (c. 2342),
etc. Todas estas son penas eclesiásticas o de la Iglesia. Estas acciones, si
bien son gravemente pecaminosas, no separan a las personas de la Iglesia. Y por
más que ya no se utilizan los términos de excomunión mayor y menor, aun así
subsiste el hecho que una persona que incurre en una excomunión (por algo que
no sea herejía) la cual no la separa de la Iglesia; en cambio, si incurre en
excomunión por herejía, entonces sí es separada de la Iglesia.
Por lo tanto, un
cardenal que recibe una excomunión por herejía ya no es más un cardenal, porque
los herejes están fuera de la Iglesia católica (de fide, Papa Eugenio IV). Pero
un cardenal que recibe una excomunión por otra cosa aún sigue siendo un
cardenal, si bien en un estado de grave pecado.
Entonces, cuando el
Papa Pío XII dice que todos los cardenales, cualquier sea el impedimento
eclesiástico que estén sometidos, pueden votar y ser elegidos en un cónclave
papal, esto presupone que son cardenales que han recibido una excomunión por
algo que no es herejía, ya que un cardenal que ha recibido excomunión por
herejía ya no es en absoluto un cardenal. El punto clave que se debe entender
es que la herejía no es meramente un impedimento eclesiástico –por lo tanto, no
es de esto lo que está hablando Pío XII –sino más bien es un impedimento por la
ley divina.
El canonista Maroto
explica: Los“ herejes y los cismáticos están privados del Pontificado supremo
por la propia ley divina, porque, aunque por ley divina no se
les consideran
incapaces de participar en ciertos tipos de jurisdicción eclesiástica, no
obstante, deben considerarse excluidos de ocupar el trono de la Sede
Apostólica…”59.
Nótese que los herejes
no están excluidos del Papado meramente por impedimentos eclesiásticos (ley
humana eclesiástica), sino por impedimentos que provienen de la ley divina. La
legislación de Pío XII no se aplica a la herejía, porque él estaba hablando de
los impedimentos eclesiásticos: “… o de cualquier otro impedimento eclesiástico…”.
Por lo tanto, su legislación no indica que los herejes puedan ser elegidos y
continuar siendo Papas, por esa razón leemos que él no mencionó a los herejes.
El Papa Pío XII se refería a los cardenales católicos que podrían haber estado
bajo excomunión o entredicho.
A fin de probar el
punto, supongamos por el bien del argumento de que la legislación del Papa Pío
XII sí significaba que un cardenal herético podría ser elegido Papa. Nótese lo
que dice Pío XII:
“Nos presentamos la
suspensión de tales censuras únicamente a efectos de dicha elección; en otras
ocasiones deben permanecer en vigor”.
Pío XII dice que la
excomunión es suspendida solamente en el momento de la elección; en otras
ocasiones deben permanecer en vigor. Esto significaría que la excomunión por
herejía entraría nuevamente en vigor inmediatamente después de la elección y,
entonces, el hereje que había sido elegido Papa, ¡perdería su oficio! Por lo
tanto, no importando de qué manera se mire, un hereje no puede ser elegido
válidamente y a la vez permanecer como Papa.
San Antonino
(1459):Enelcaso“en que el Papa se convirtiera en un hereje, se encontraría, por
ese solo hecho y sin ninguna otra sentencia, separado de la Iglesia. Una cabeza
separada de un cuerpo no puede, siempre y cuando se mantenga separado, ser
cabeza de la misma entidad de la que fue cortada. Por lo tanto, un Papa que se
separare de la Iglesia por la herejía, por ese mismo hecho, dejaría de ser la
cabeza de la Iglesia. No puede ser un hereje y seguir siendo Papa, porque,
puesto que él está fuera de la Iglesia, no puede poseer las llaves de la
Iglesia”.Summa(Theologica, citado en Actes de Vatican I. V. Frond pub.)
Si un hereje (alguien
que niega la fe) pudiera ser la cabeza en la Iglesia, entonces sería falso el
dogma de que la Iglesia hay unidad en la fe (es decir, una, santa, católica y
apostólica).
11ª objeción: ¿Qué
importa si Benedicto XVI sea un Papa o no? El problema no es asunto mío.
Respuesta: Si no
importa que Benedicto XVI sea Papa o no, entonces no importa el anti-catolicismo
de la secta del Vaticano II, no importa la Nueva Misa, etc. No se puede separar
una cosa de la otra. No se puede separar al Papa de la Iglesia. Por otra parte,
sostener que Benedicto XVI es el jefe de la Iglesia católica es afirmar que las
puertas del infierno han prevalecido contra Ella.
Además, reconocer
obstinadamente a Benedicto XVI como Papa es cometer un pecado contra la fe, ya
que se estaría afirmando que él tiene la verdadera fe cuando en realidad es un
hereje manifiesto y un apóstata. Por otra parte, reconocer a Benedicto XVI y a
los otros antipapas del Vaticano II como verdaderos Papas es cometer un
escándalo contra los que no son católicos porque se estaría demostrando
incapacidad de presentarles convincentemente la fe católica. Sobre este punto,
ahora debemos ver El Dilema Devastador para demostrar qué tan importante es
este tema.
El Dilema Devastador:
La cuestión de por qué los católicos no pueden ni siquiera presentar la fe a un
protestante si aceptan como verdaderos Papas a los antipapas del Vaticano II
Supongamos que el día
de mañana usted se encuentra con un protestante bien informado y que está
interesado en convertirse al catolicismo. Si bien este hombre afirma estar
interesado en hacerse “católico”, él tiene un serio problema con la enseñanza
de la Iglesia católica respecto a la justificación: él rechaza los cánones y
decretos del Concilio de Trento del siglo XVI. Mientras él explica su posición,
usted piensa para sí mismo: “¿Cómo espera este hombre convertirse en católico
cuando ni siquiera cree en la enseñanza del Concilio de Trento sobre la
justificación?” .
Así que, usted siendo
un católico bondadoso, le informa que si él quiere ser católico, él debe
aceptar y creer en la enseñanza del Concilio de Trento respecto a la
justificación y rechazar la opinión de Lutero de la justificación por la sola
fe (sola fide), ya que la Iglesia católica (además de la Escritura –Santiago 2,
24) condena la idea de la justificación sólo por la fe.
Papa Pablo III,
Concilio de Trento, sesión 6, cap. 10, ex cathedra:
“’Bien veis que el
hombre se justifica por sus obras, Y NO SÓLO POR LA FE’ (Santiago 2, 24)”60.
Pero el protestante le
responde diciendo:
“Disculpe señor, no
tengo por qué aceptar y creer en la enseñanza del Concilio de Trento con
respecto a la justificación para convertirme en católico. Ni tampoco tengo que
creer que la justificación sólo por la fe sea una herejía, como usted dice. Su
Papa, Benedicto XVI, y su predecesor, Juan Pablo II, quienes ambos son
católicos, están de acuerdo y han aprobado un documento que dice que la
justificación sólo por la fe no es una herejía, y que los cánones de Trento
sobre la justificación no se aplican a la explicación luterana acerca de la
justificación”.Yluegoélprocede a señalar tres puntos sucesivos para comprobarlo.
#1) El protestante, en
primer lugar, cita La Declaración conjunta con los luteranos sobre la Doctrina
de la Justificación, aprobado por el Vaticano el 31 de octubre de 1999. Cita
dos textos de la Declaración Conjunta con los luteranos sobre la Doctrina de la
Justificación, que por casualidad los tenía en su maletín.
Declaración conjunta
con los luteranos: “#. Una5 de las finalidades de la presente declaración
conjunta es demostrar que a partir de este diálogo, las iglesias luteranas y
católica romana se encuentran en posición de expresar una interpretación común
de nuestra justificación por la gracia de Dios mediante la fe en Cristo. Cabe
señalar que no engloba todo lo que una y otra iglesia enseñan acerca de la
justificación, limitándose a recoger el consenso sobre las verdades básicas de
dicha doctrina y demostrando que las diferencias subsistentes en cuanto a su
explicación, ya no dan lugar a condenas doctrinales”61.
Después de citar esto,
el protestante correctamente le explica que esto excluye cualquier condenación
de la opinión luterana acerca de la justificación (sólo por la fe, etc.) A
continuación cita el # 13.
Declaración conjunta
con los.A LAluteranos:LUZDEDICHOCONSENSO,“#13
LAS RESPECTIVAS
CONDENAS DOCTRINALES DEL SIGLO XVI YA NO SE APLICAN A LOS INTERLOCUTORES DE
NUESTROS DÍAS”62.
Después de citar esto,
el protestante correctamente le explica que esto también significa que ya no se
aplican las condenaciones de Trento (en el siglo XVI) sobre la opinión luterana
de la justificación.
#2) A fin de sustentar
su punto, el protestante procede a citar dos textos más de la misma Declaración
conjunta con los luteranos.
Declaración conjunta
con los luteranos: “# 41. De ahí que las cond del siglo XVI, por lo menos en lo
que atañe a la doctrina de la justificación, se vean con nuevos ojos: las
condenas del Concilio de Trento no se aplican al magisterio de las iglesias luteranas
expuesto en la presente declaración…”63.
El protestante señala
el hecho evidente de que esto significa que ninguna enseñanza luterana
contenida en la Declaración conjunta es condenada por el Concilio de Trento.
Luego prueba que la justificación sólo por la fe es una de las enseñanzas
luteranas expuestas en la Declaración conjunta.
Declaración conjunta
con los luteranos:.Según“#lainterpretación26 luterana, el pecador es
justificado sólo por la fe (sola fide). En la fe depositan su plena confianza
en el Creador y Redentor con quien viven en comunión”64.
Concluye el
protestante, con perfecta lógica, que, según el propio acuerdo del Vaticano con
los luteranos sobre la justificación, la sola fe no está ciertamente condenada
por el Concilio de Trento. Por lo tanto, le dice finalmente a usted:
“Mire, señor, los
católicos que se adhieren y creen en la Declaración conjunta con los luteranos
sobre la Doctrina de la Justificación no sostienen que la sola fe sea una
herejía anatematizada infaliblemente por el decreto del Concilio de Trento,
como usted dice que un católico debe creer a fin de ser católico”.
#3) Por último, este
protestante inteligente sabe que usted va a decir que Juan Pablo II y Benedicto
XVI no firmaron la Declaración conjunta con los luteranos sobre la Doctrina de
la Justificación. Por tanto, él le hace saber que la Declaración conjunta fue
firmada bajo los auspicios de Juan Pablo II y fue aprobada en repetidas
ocasiones por Benedicto XVI.
Juan Pablo II, 19 de
enero de 2004, En una reunión con los luteranos de Finlandia: “… deseo expresar
mi gratitud por el progreso ecuménico hecho entre católicos y luteranos en
estos últimos cinco años, desde que se firmó la Declaración conjunta sobre la
Doctrina de la Justificación”65.
Benedicto XVI,
Discurso a los metodistas, 9 de diciembreMecomplacedela 2005: “ iniciativa que
llevaría a las Iglesias-miembros del Consejo metodista mundial a adherirse a la
Declaración conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, firmada por la
Iglesia católica y la Federación luterana mundial en 1999”66.
El protestante
concluye su presentación diciendo:
“Benedicto XVI (y,
antes que él, Juan Pablo II) es un católico que adhiere a la Declaración
conjunta con los luteranos sobre la Doctrina de la Justificación, cuya
declaración enseña explícitamente que la sola fe no está anatematizada por
Trento, y que las diferencias subsistentes en cuanto a su explicación, entre
luteranos y católicos, ya no dan lugar a condenas doctrinales. Por lo tanto,
cuando me convierta en católico, yo voy a mantener la misma posición que
Benedicto XVI y como lo establece la Declaración conjunta con los luteranos.
¡Sostendré que la justificación es sólo por la fe, y no voy a sostener que
aquello es una herejía anatematizada! Y no voy a aceptar los cánones y decretos
del Concilio de Trento, ya que Juan Pablo II y Benedicto XVI han aceptado,
aprobado, y estuvieron de acuerdo con la Declaración conjunta, la cual explica
que los cánones de Trento ya no están en vigor”.
Usted sabe que, como
católico, tiene la estricta obligación de decirle que la creencia en la sola fe
y la creencia en la religión católica son incompatibles. Entonces, ¿qué le
respondería?
Si usted sostiene que
Benedicto XVI y Juan Pablo II son/fueron Papas válidos, entonces usted daría la
siguiente respuesta, que es la única cosa que se le puede ocurrir:
“Juan Pablo II y
Benedicto XVI se equivocaron. Ellos no son infalibles en todo lo que dicen o
hacen. La Declaración conjunta no es infalible. El Concilio de Trento es
infalible”.
Y el protestante
inteligente, detectando rápidamente los defectos de esta pobre respuesta
ilógica, le respondería:
“Señor, yo nunca he
dicho que la Declaración conjunta sea infalible. La infalibilidad no tiene nada
que ver con nuestra conversación. La idea de fondo es que usted admite que
Benedicto XVI es un católico con quién usted se encuentra en comunión, y con
quien todo católico debe estar en comunión. Usted admite que él no es un hereje
que está fuera de la comunión de la Iglesia católica por abrazar la Declaración
conjunta con los luteranos sobre la Doctrina de la Justificación, por lo que
tiene que admitir que yo también seré un católico (no un hereje), en comunión
con la Iglesia, cuando yo tome la misma posición de Benedicto XVI”.
Si usted sostiene que
Benedicto XVI es un Papa válido, entonces no tendría nada que responderle a
este protestante. El debate se ha terminado, y usted ha perdido. Usted no
puede, por una parte decir que la aceptación de la sola fe y la Declaración
conjunta con los luteranos sobre la Doctrina de la Justificación es
incompatible con la entrada de este protestante a la Iglesia católica (cosa
que, como verdadero católico, usted debe admitir que es incompatible, puesto
que fue definido infaliblemente en Trento), y al mismo tiempo debe prestar
obediencia a Benedicto XVI como cabeza de la Iglesia católica, quien se ha
mostrado muy a favor de la Declaración conjunta con los luteranos sobre la
Doctrina de la Justificación. El protestante lo tiene arrinconado y usted se ve
obligado a admitir que, de hecho, él puede ser católico y a la vez sostener lo
que enseña la Declaración conjunta. Esto demuestra que los que aceptan a
Benedicto XVI como Papa no pueden ni siquiera presentar convincentemente la fe
católica a un protestante. ELLOS DEBEN ADMITIR SE PUEDE SER “CATÓLICO QUE LA
SOLA FE NO ES UNA HEREJÍA ANATEMATIZADA, Y QUE LOS CÁNONES DE TRENTO NO SE
APLICAN A LA OPINIÓN LUTERANA SOBRE LA JUSTIFICACIÓN.
Siempre que se
reconozca a Benedicto XVI como el Papa católico, se estará defendiendo una
Iglesia que ha repudiado al Concilio de Trento, es decir, una “Iglesia”que por
definición, es una iglesia no católica –una Iglesia de herejes.
Papa Inocencio III,
Eius exemplo, profesión de fe, 18 de diciembre de 1208: “De corazón creemos y
con la boca confesamos una sola iglesia, no de herejes, sino la Santa, Romana,
Católica y Apostólica, 67.fuera de la cua
El mismo juicio y
autoridad con que usted ha determinado que este protestante no confesional era
un hereje fuera de la Iglesia católica –un juicio que usted hizo al encontrarse
con él y que luego descubrió lo que él creía y cómo repudiaba el Concilio de
Trento –es exactamente el mismo juicio al cual usted está absolutamente
obligado a hacer con respecto a Benedicto XVI. Esto lo debe llevar a concluir
de manera asombrosa y esclarecedora que usted no está juzgando a la Santa Sede
o a un Papa cuando juzga correctamente que Benedicto XVI no es un católico; más
bien usted está identificando a un no católico por lo que es, del mismo modo
que usted identifica correctamente a cualquier protestante no confesional que
usted conozca, al igual como usted identifica a cualquier calvinista, metodista
o episcopalista. Por lo tanto, usted en la práctica, para convertir a un
protestante a la fe católica, debe necesariamente negar que Benedicto XVI sea
un verdaderoPapa”,o “de lo contrario, tendría que admitir necesariamente que el
protestante es católico al igual que usted.
12ª objeción: ¿Cómo
puede ser que toda la Iglesia y todos los cardenales hayan reconocido a un
antipapa, como fue en el caso de Juan XXIII (1958-1963)?
Respuesta: El Papa
Pablo IV declaró que los católicos no pueden aceptar a un reclamante herético
del Papado, incluso si “todos”le llegaran a prestar obediencia –lo que
demuestra que es posible que en un momento ocurra que todos le presten
obediencia a un antipapa.
Papa Pablo IV, de la
Bula Cum ex apostolatus officio, 15 de febrero de 1559: “6. Agregamos, que si
en algún tiempo aconteciese que un (…) electo Pontífice Romano que antes de su
promoción al cardenalato o asunción al Pontificado, se hubiese desviado de la
fe católica, o hubiese caído en herejía, (…) (ii) de ningún modo puede
considerarse que tal asunción haya adquirido validez, por aceptación del cargo
y por su consagración, o por la subsiguiente posesión o cuasi posesión de
gobierno y administración, o por la misma entronización o adoración del
Pontífice Romano, o por la obediencia que todos le hayan prestado, cualquiera
sea el tiempo transcurrido después de los supuestos antedichos…”.
¡Pero ya hemos tenido
una situación donde todos los cardenales reconocieron a un antipapa! Como se
describió anteriormente en este libro, durante el Gran Cisma de Occidente, 15
de los 16 cardenales que habían elegido al Papa Urbano VI le retiraron su
obediencia sobre la base de que el revoltoso populacho romano había hecho la
elección no canónica. El único cardenal que no repudió al Papa Urbano VI fue el
cardenal Tebaldeschi, pero murió poco después, el 7 de septiembre –dejando una
situación donde ninguno de los cardenales de la Iglesia católica reconoció al
verdadero Papa, Urbano VI. Todos los cardenales consideraron su elección
inválida(68).
En el siglo XII, el
antipapa Anacleto II –que reinó ocho años en Roma mientras rivalizaba con el
verdadero Papa, Inocencio II –ganó el apoyo de la mayoría de los cardenales,
del obispo de Porto, del decano del Sacro Colegio, y de todo el pueblo de
Roma(69).
13ª objeción: Juan
XXII era un hereje, que fue denunciado incluso por el cardenal Orsini, sin
embargo, él continuó siendo el Papa.
Chris
Ferrara,“Oposición a la Campaña,Catholic Family Sedevacantista”News, agosto de
2005,Comparen la falta. de 21: éxito de“ la Campaña [sedevacantista] por buscar
herejía en los pronunciamientos “manifiesta” de los papas conciliares con el
histórico ejemplo del Papa Juan XXII. En 1331, algunos teólogos franceses y el
cardenal Orsini denunciaron a Juan XXII como un hereje, cuando, en una serie de
sermones, él enseñó que las animas benditas, después de haber terminado su
tiempo designado en el purgatorio, no verían a Dios hasta después del juicio
final. El cardenal Orsini convocó un concilio general para denunciar al Papa de
hereje,(…) Enfrentado de esta manera pública, Juan XXII le respondió que no fue
su intención de obligar con sus sermones a toda la Iglesia, y preparó una
comisión de teólogos para examinar la cuestión. La comisión le informó al Papa
que estaba en un error, y él se retractó del error varios años después, en el
día antes de su muerte. Sin embargo, a pesar de ser denunciado como un hereje y
amenazado con un concilio general para declarar su herejía, Juan XXII nunca
dejó de ser considerado por la Iglesia como Papa, y la historia de la Iglesia
debidamente lo registra como tal”70.
Respuesta: Juan XXII
no fue un hereje, y su reinado no es prueba de que los herejes puedan ser
Papas.
En primer lugar,
queremos que el lector se dé cuenta de algo muy interesante: cuando Chris
Ferrara (la persona que presenta esta objeción) expone el caso de Juan XXII,
observe cómo exagera el caso. Él no duda en calificarlo como un ejemplo de
verdadera herejía. Pero cuando habla de las claras herejías de los “Papas”del
Vaticano II, todas ellas son disminuidas al punto que él niega que alguna de
ellas constituya herejía. Por ejemplo:
Chris Ferrara,
“Oposición añalaSedevacantista”Camp,CatholicFamilyNews, agosto de
2005,PerolaCampaña. 21:[sedevacantista]“ ni siquiera llega a la primera base,
ya que, como veremos, a pesar de sus esfuerzos tenaces, ha fallado en
identificar alguna herejía ‘manifiesta’de entre las numerosas declaraciones
ambiguas y las acciones inquietantes (incluso escandalosas) de Juan Pablo II o
Pablo VI…”71.
Bueno, entonces
ninguna de las evidentes herejías de Juan Pablo II y Pablo VI (p. ej., sus
enseñanzas sobre que hay santos en otras religiones; cuando declaran que no
debemos convertir a los no católicos; etc.), ni siquiera constituyen herejía,
según Ferrara, no obstante, el caso de Juan XXII ciertamente alcanzó –para él
–, el nivel de herejía. ¡Qué tontería! ¿Hay alguien que no vea aquí la profunda
hipocresía y la total deshonestidad? Cuando Ferrara y otros
anti-sedevacantistas sienten que es una ventaja desestimar la herejía, ellos
elevan el estándar de exigencia para calificar la herejía, tanto así que,
básicamente, nada puede alcanzar ese nivel de verdadera herejía. Sin embargo,
cuando consideran oportuno exagerar una herejía (como en el caso de Juan XXII),
porque ellos creen que tendrán éxito de oponerse de este modo al
sedevacantismo, ahí sí que ellos dramatizan y lo hacen parecer mucho peor que
lo que realmente era.
La verdad es que Juan
XXII no era un hereje. La posición de Juan XXII sobre las ánimas benditas que
no ven la visión beatífica hasta después del Juicio universal era una cuestión
que aún no se había definido específicamente como dogma. Esta definición fue
pronunciada dos años después de la muerte del Papa Juan XXII por el Papa
Benedicto XII en Benedictus Deus(72); pero al parecer a Chris Ferrara no le
pareció importante mencionar este hecho.
El hecho de que el
cardenal Orsini haya denunciado a Juan XXII como un hereje no prueba nada,
sobre todo si consideramos el contexto de los acontecimientos. Para
proporcionar unos breves datos históricos: Juan XXII condenó como herética la
enseñanza de “los espirituales”. Este grupo sostenía que Cristo y los apóstoles
no tenían posesiones individualmente o en común. Juan XXII condenó este punto
de vista como contrario a las Sagradas Escrituras, y declaró que son herejes
todos aquellos que se adhieren persistentemente a ella(73). “Los espirituales”y
otros como ellos, incluso el rey Luis de Baviera, fueron condenados como
herejes.
Cuando aconteció la
controversia con respecto a las declaraciones de Juan XXII sobre la visión
beatífica, los espirituales y el rey Luis de Baviera se aprovecharon de ello y
acusaron al Papa de herejía. Estos enemigos de la Iglesia fueron apoyados por
el cardenal Orsini, el hombre a quien Ferrara mencionó en su artículo.
La Enciclopedia
Católica, “Juanv olXXII”,.8, 1910,Losespirituales,.433:siempre “ en una alianza
íntima con Luis de Baviera, se aprovecharon de estos acontecimientos para
acusar al Papa de herejía, apoyados por el cardenal Napoleón Orsini. En unión
con este último, el rey Luis le escribió a los cardenales, instándolos a
convocar un concilio general y condenar al Papa”74.
Con estos
antecedentes, podemos ver que la declaración de Ferrara de que elcardenal“
Orsini convocó un concilio general para denunciar al Papa de hereje…”toma una
perspectiva diferente: Sí, el cardenal Orsini y sus buenos amigos, los herejes
excomulgados. De hecho, incluso el propio “Papa” de Chris Ferrara, en su libro
Teología dogmática, toma nota de que el escándalo fue utilizado por los
enemigos de la Iglesia con fines políticos:
“Cardenal”Joseph
Ratzinger (Benedicto XVI), Teología dogmática, 1977, El p. 137: “ escándalo [de
Juan XXII] fue utilizado con fines políticos en la acusación de herejía
introducida por los franciscanos enemigos del Papa [los espirituales] en el
círculo de Guillermo de Ockham en la corte del emperador Luis de Baviera”75.
Chris Ferrara se ha
unido a la compañía de los enemigos de la Iglesia por exagerar el caso de Juan
XXII. Juan XXII no era un hereje. Además del hecho de que el asunto aún no se
había definido específicamente como dogma, Juan XXII también dejó en claro que
él no obligó a nadie a creer en su (falsa) opinión y que no tenía una
conclusión definitiva sobre esa materia:
La Enciclopedia
Católica, sobre el Papa Juan XXII:
“El Papa Juan le
escribió al rey Felipe IV al respecto (noviembre de 1333), y destacó el hecho
que, siempre y cuando la Santa Sede no haya emitido una decisión, los teólogos
pudieron gozar de una libertad perfecta sobre esta materia. En diciembre de
1333, los teólogos de París, después de una consulta sobre la cuestión,
decidieron en favor de la doctrina que las animas benditas veían a Dios
inmediatamente después de la muerte o después de que se cumpliera su
purificación; señalaron al mismo tiempo que el Papa no había emitido ninguna
decisión sobre esta cuestión, sino sólo había dado su opinión personal, y que
ahora le pedían al Papa que confirme su decisión. Juan asignó una comisión en
Aviñón para estudiar los escritos de los Santos Padres, y para discutir sobre
la cuestión en disputa. En un consistorio celebrado el 3 de enero de 1334, el
Papa declaró explícitamente que nunca tuvo la intención de enseñar algo
contrario a la Sagrada Escritura o a la regla de fe y que de hecho no tenía la
intención de emitir alguna decisión. Antes de su muerte, se retractó de su
dictamen anterior, y manifestó su creencia de que las almas separadas de sus
cuerpos gozan en el cielo de la visión beatífica”76.
Todo esto sirve para
demostrar que Juan XXII no era un hereje. Él tenía una opinión personal que
estaba completamente equivocada, opinión sobre la cual él mismo declaró
explícitamente que no era más que una opinión. De hecho, a pesar de su
significativo error, Juan XXII fue bastante vigoroso contra la herejía. Su
condena a los espirituales y al rey Luis de Baviera es prueba de que él sí
condenaba la herejía. Compararlo con los antipapas del Vaticano II que ni siquiera
creen que exista la herejía es totalmente ridículo. Cómo ya se demostró,
¡Benedicto XVI ni siquiera cree que el protestantismo sea una herejía! ¡Qué
burla satánica que alguien obstinadamente afirme, frente a estos éstos hechos,
que ese hombre sea un católico! El hecho es que, donde busquen los
anti-sedevacantistas (ya sea en el dogma del Papado, o en las acciones de
Lutero, etc.), ellos serán refutados. Por ejemplo, ya que estamos en el tema de
Juan XXII y el Juicio universal, debe recordarse que Benedicto XVI niega el que
quizás es el dogma católico más central respecto al Juicio universal: la
resurrección de los cuerpos, como lo hemos demostrado en la sección anterior
sobre sus herejías.
Benedicto XVI,
Introducción al Cristianismo, 2004,Estopindica.349:claramente“ que la médula de
la fe en la resurrección no consiste en la idea de la restitución de los
cuerpos, a lo que nosotros la hemos reducido; todo esto es válido, aunque la
Biblia haya cambiado la representación”77.
Benedicto XVI,
Introducción al Cristianismo, 2004, pp. 357-358:En pocas“ palabras, Pablo no
enseña la resurrección de los cuerpos, sino de las personas…”78.
Así que, cuando los
anti-sedevacantistas plantean la cuestión de Juan XXII y el Juicio final, ellos
no hacen nada más que hacernos recordar de otro dogma que Benedicto XVI niega.
Y además es una prueba más de por qué él no es el Papa.
14ª objeción: El Papa
Honorio fue condenado por herejía por un concilio general después de su muerte,
sin embargo, la Iglesia no considera que haya dejado de ser Papa, a pesar de
que fue acusado de herejía durante su reinado.
Respuesta: Como ya
hemos visto, es un hecho dogmático que un hereje no puede ser Papa, ya que es
un dogma infaliblemente definido que un hereje deja de ser miembro de la
Iglesia católica.
Papa Eugenio IV,
Concilio de Florencia, ex cathedra: “[La Santa Iglesia romana] firmemente cree,
profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no sólo
los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos…”79.
El caso del Papa
Honorio no prueba que un hereje pueda ser Papa. En la condenación del Papa
Honorio como hereje después de su muerte, el Tercer Concilio de Constantinopla
no hizo ninguna declaración –ni la Iglesia jamás ha hecho una declaración –de
que él permaneció siendo Papa hasta su muerte.
Tercer Concilio de
Constantinopla, Exposición de la fe, 680-681:
“…no descansó el autor
del mal, buscando a un cómplice en la serpiente y a través de ella introdujo en
la naturaleza humana el veneno mortal; del mismo modo ahora ha encontrado
instrumentos adecuados para sus propios fines –sobre todo a Teodoro, (…)
Sergio, Pirro, Pablo y Pedro, (…) y también a Honorio, quien fue Papa de la
antigua Roma, a Ciro, (…) y a Macario, (…) –y [esta serpiente] nunca descansa
para levantar por medio de ellos obstáculos de error contra todo el cuerpo de
la Iglesia, sembrando con voz de fábula en personas ortodoxas la herejía de una
sola voluntad y un solo principio 80de. acción…”
La Iglesia no
manifestó la cuestión de que si Honorio perdió el oficio papal después de caer
en la herejía, sino que simplemente lo condenó. (Honorio también fue condenado
por el Cuarto Concilio de Constantinopla y el Segundo Concilio de Nicea).
Puesto que Honorio fue un Papa elegido válidamente (por eso su nombre se
encuentra en la lista de los verdaderos Papas), si él se convirtió en un
verdadero hereje durante su reinado, entonces él perdió el oficio papal, porque
incluso hasta los mismos anti-sedevacantistas que levantan este argumento
admiten que: “los herejes no son católicos y los no católicos no pueden ser
Papas”.
El Papa Honorio había
fallecido hace más de cuarenta años cuando fue condenado por el Tercer Concilio
de Constantinopla. Honorio no promulgó ningún decreto dogmático, y sólo
“reinó”por tres años y medio después de ocurrido el incidente de herejía. Por
lo tanto, la cuestión de que si él siguió siendo Papa gobernando la Iglesia
universal en los últimos tres años y medio del total de su pontificado de trece
años, no fue tema relevante para los fieles de aquella época.
Por lo tanto, es
perfectamente comprensible que la Iglesia no haya emitido ninguna declaración
oficial que diga que Honorio perdió su oficio por ser hereje, puesto que
aquello no fue un tema que se haya discutido en aquella época y además porque
se habría creado todo un debate teológico sobre algo que no era necesario
tratar.
Además, como afirma
The Catholic Encyclopedia de 1907, todavía persiste cierta confusión (incluso
entre los sucesores de Honorio) de si el Papa Honorio fue un hereje o un mero
culpable por no reprimir la herejía o si fue simplemente mal entendido. Algunos
eruditos que incluso han estudiado la cuestión con gran detalle, aún no están
convencidos de que Honorio fuera condenado como hereje por el Tercer Concilio
de Constantinopla. Su argumento se basa en el hecho de que el Papa San Agatón,
que vivió durante el concilio, murió antes de que terminara. Puesto que los
decretos de un concilio sólo poseen autoridad cuando son otorgados por la
confirmación del Papa; ellos sostienen que el Papa San León II, que confirmó el
concilio, sólo confirmó la condenación de Honorio por no haber reprimido la
herejía, y, por lo tanto, permitió que la fe se contaminara. Esta confusión
explica la razón de lo que dijo San Francisco de Sales acerca de Honorio (ver
más adelante).
Para distinguir aún
más el caso de Honorio de los antipapas del Vaticano II, es importante señalar
que la caída en herejía del Papa Honorio fue casi completamente desconocida
durante su reinado y los años posteriores. Las dos cartas de Honorio que
favorecían la herejía monotelita (escritas en 634) fueron cartas dirigidas a
Sergio, el patriarca de Constantinopla. Estas cartas no solamente fueron casi
desconocidas en aquella época, sino además, fueron malinterpretadas por el Papa
que reinó inmediatamente después de Honorio.
Por ejemplo, el Papa
Juan IV (640-643), que fue el segundo Papa en reinar después del Papa Honorio,
defendió a Honorio de toda acusación de herejía. El Papa Juan IV estaba
convencido que Honorio no había enseñado la herejía monotelita (esto es, que
Cristo tiene una sola voluntad), sino que Honorio simplemente señaló que
nuestro Señor no tiene dos voluntades contrarias.
Papa Juan IV, carta
“Dominus qui dixit”al emperador Constantino, con respecto al Papa Honorio,
641:Así, pues,“…el predicho predecesor mío [Honorio] decía del misterio de la
encarnación de Cristo que no había en Él, como en nosotros pecadores, dos
voluntades contrarias de la mente y de la carne. Algunos, acomodando esta
doctrina a su propio sentido, han sospechado que Honorio enseñó que la divinidad
y la humanidad de Aquél no tienen más que una sola voluntad, interpretación que
es de todo punto contraria a la verdad”81.
Tomando en cuenta
estos hechos, podemos ver: 1) el caso del Papa Honorio no prueba que los
herejes pueden ser Papas, ya que la Iglesia nunca ha declarado que él
permaneció siendo Papa después de su caída en herejía, y 2) los hechos del caso
del Papa Honorio son drásticamente diferentes al caso de los antipapas del
Vaticano II, ya que las dos cartas de Honorio que contenían herejía eran casi
totalmente desconocidas en aquella época, y fueron mal interpretadas, incluso
por los Papas que le sucedieron. Comparar las dos cartas del Papa Honorio con
las acciones y declaraciones de los herejes manifiestos Pablo VI, Juan Pablo II
y Benedicto XVI, es como comparar un grano de arena con una playa.
Por último, si desea
más confirmación sobre que los herejes ipso facto dejan de ser Papas, y que el
caso del Papa Honorio no proporciona ninguna evidencia de lo contrario, no lo
acepte tan solo por nuestra palabra, sino compruébelo por usted mismo con la
siguiente cita.
San Francisco de Sales
(siglo XVII), Doctor de la Iglesia, La Controversia Católica, pp. 305-306:Por
lo“tanto, no decimos que el Papa no pueda errar en sus opiniones privadas, tal
como lo hizo Juan XXII, ni tampoco ser totalmente hereje, como tal vez lo fue
Honorio. Ahora bien, cuando él [el Papa] es explícitamente un hereje, cae ipso
facto de su dignidad y fuera de la Iglesia…”82.
En el mismo párrafo
que San Francisco de Sales (Doctor de la Iglesia) menciona al Papa Honorio, él
afirma inequívocamente que un Papa deja de ser Papa si se convierte en un
hereje. San Francisco de Sales no estaba seguro si el Papa Honorio fue un
hereje o si meramente no reprimió la herejía; sin embargo, fuere lo que fuere,
San Francisco sabía que el caso de Honorio no afectaba la verdad que los
herejes no pueden ser Papas.
San Roberto Belarmino
y San Alfonso de Ligorio también estaban familiarizados con el caso del Papa
Honorio y eso no les impidió que declararan lo siguiente: San Roberto Belarmino
(1610), Doctor deUn laPapa queIglesia:semanifieste “ hereje, por ese mismo
hecho (per se) cesa de ser Papa y cabeza, así como por lo mismo deja de ser un
cristiano y miembro de la Iglesia. Por tanto, él puede ser juzgado y castigado
por la Iglesia. Esta es la enseñanza de todos los Padres antiguos, que
enseñaban que los herejes manifiestos pierden inmediatamente toda
jurisdicción”.
San Alfonso de Ligorio
(1787), DoctorSialgunavezdeunPapa,lacomoIglesia: “ persona privada, cayera en
herejía, él perdería inmediatamente el pontificado”83.
Tomando en cuenta
estos hechos, podemos ver que el argumento anti-sedevacantista basado en
Honorio no prueba nada para ello, sino que por el contrario, nos recuerda la
enseñanza de los Doctores de la Iglesia quienes, teniendo presente este caso,
declararon que los herejes no pueden ser Papas.
15ª objeción: La
Iglesia y la jerarquía siempre serán visibles. Si la Iglesia del Vaticano II no
es la verdadera Iglesia católica, entonces la Iglesia y la jerarquía ya no son
visibles.
Respuesta: 1) Las
personas malinterpretan qué es lo que consiste la visibilidad de la Iglesia, 2)
la secta del Vaticano II no puede ser la Iglesia visible de Cristo, y 3) la
secta Vaticano II niega esta misma enseñanza sobre la visibilidad de la
Iglesia.
Nadie niega que la
Iglesia católica pueda dejar de existir en todos los países del mundo, a
excepción de uno. La visibilidad de la Iglesia no requiere que los fieles o la
jerarquía sean vistos en cada lugar geográfico del mundo entero. Esto nunca ha
sido el caso. En términos más simples, la visibilidad de la Iglesia significa
que haya verdaderos fieles católicos que profesan externamente la única
religión verdadera, incluso si son reducidos a un número muy pequeño. Estos
fieles que profesan externamente la única religión verdadera siempre serán la
Iglesia visible de Cristo, aun cuando su cantidad sea reducida a sólo un
puñado.
Y esto es precisamente
lo que está predicho que ocurrirá en el fin del mundo.
San Atanasio: “Los
católicos que se mantienen fiel
84 Jesucristo”
reducidos a un manojo,
ellos son la verdadera Iglesia de.
Nuestro Señor mismo
nos indica que el número de la Iglesia será terriblemente pequeño en los
últimos días.
Lucas 18, 8: “Mas
cuando viniere el Hijo del Hombre, ¿pensáis que hallará fe en la tierra?”
En el Apocalipsis de
San Juan parece indicarnos lo mismo.
Apocalipsis 11, 1-2:
“Entonces se me dio
una caña a manera de una vara, y se me dijo: Levántate y mide el templo de
Dios, y el altar, y los que adoran en él; pero el atrio exterior del templo,
déjalo fuera, y no lo
midas, por. cuanto está dado a l
La Haydock version of
the Douay-Rheims Bible, una colección popular de comentarios católicos sobre
las Escrituras escrito por el Rev. P. Geo. Leo Haydock, contiene el siguiente
comentario sobre el Apoc. 11, 1-2.
Comentario católico de
Pastorini sobre el Apoc. 11, 1-2, Versión Haydock católica inglesa de la Biblia
de Douay-Rheims: Las“iglesias consagradas al Dios verdadero, son tan reducidas
en número, que son representadas por San Juan como una única iglesia; sus
ministros ofician en un altar, y todos los fieles verdaderos son tan pocos, con
respecto a la mayor parte de la humanidad, que el evangelista los ve reunidos
en un solo templo, para presentar sus adoraciones al Altísimo”85.
El magisterio de la
Iglesia católica nunca ha enseñado que siempre debe haber un cierto número de
obispos o fieles para que exista la Iglesia. Siempre que haya por lo menos un
sacerdote o un obispo y al menos unos pocos fieles, la Iglesia y la jerarquía
estarán vivas y visibles. Hoy en día son muchos más que un manojo los fieles
que sostienen la fe católica inmutable. Por lo tanto, el argumento de nuestros
adversarios desde la perspectiva de la visibilidad carece de mérito y es
contraria a las profecías de la Sagrada Escritura.
Además, durante la
crisis arriana (siglo IV) la verdadera fe desapareció en regiones enteras,
tanto así, que casi no se encontraban obispos católicos en ningún lugar.
P. WilliamEn
unJurgens:momentodela historia“ de la Iglesia, sólo unos años antes de la
presente predicación de Gregorio [Nacianceno] (380 d.C.), quizás el número de
obispos católicos en posesión de sus diócesis, a diferencia de obispos arrianos
en posesión de sus diócesis, no era mayor al 1% y 3% en total. Si la doctrina
hubiera sido determinada por la mayoría, hoy seríamos todos negadores de Cristo
y opositores del Espíritu”86.
P. WilliamEn
Jurgens:laépocadelemperador“ Valente (siglo IV), Basilio era prácticamente el
único obispo ortodoxo en todo Oriente que tuvo éxito en conservar el cargo de
suno lediócesisimportaalhombre(moderno…)Sisaber la historia del arrianismo, por
lo menos no debería desconocer que la Iglesia Católica no toma en cuenta la
popularidad y el número para determinar y conservar la doctrina: de otro modo,
hubiéramos abandonado a Basilio, Hilario, Atanasio, Liberio y Osio y nos
llamaríamos arrianos”87.
La herejía arriana se
extendió tanto en el siglo IV que los arrianos (quienes negaban la divinidad de
Cristo) llegaron a ocupar casi todas las iglesias católicas, por lo que en
todas partes parecía que sólo ellos eran la legítima jerarquía.
San AmbrosioNo
hay(+382):paramísuficientes“ horas del día como para enumerar los nombres de
todas las diversas sectas de los herejes”88.
Las cosas estaban tan
mal en aquella época que San Gregorio Nacianceno se vio obligado a decir lo que
muy bien se podría decir hoy en día respecto del remanente católico.
San Gregorio
Nacianceno, “Contra los arrianos”,(+380): “¿Dónde están los que no insultan por
nuestra pobreza y se enorgullecen de sus riquezas? ¿Esos que definen a
la Iglesia por números
y desprecian al rebaño pequeño?”89.
Por lo tanto, este
período de la historia de la Iglesia prueba un punto importante para nuestro
tiempo: si la misión indefectible de la Iglesia de enseñar, gobernar y
santificar requiere un obispo gobernante (es decir, con jurisdicción) para que
la Iglesia de Cristo esté presente y operante en una sede o diócesis en
particular, entonces uno tendría que decir que la Iglesia de Cristo había
desaparecido en todos aquellos territorios donde no hubo un obispo católico que
gobernare durante la herejía arriana. Sin embargo, es un hecho que en el siglo
IV, en los lugares donde los fieles conservaron la verdadera fe católica,
incluso en aquellas sedes donde el obispo era arriano, el remanente de fieles
católicos constituía la verdadera Iglesia visible de Cristo. En ese remanente,
la Iglesia católica existió y perseveró en su misión de enseñar, gobernar y
santificar sin un obispo gobernante, lo que demuestra que la indefectibilidad
de la Iglesia de Cristo y su misión de enseñar, gobernar y santificar no
requiere necesariamente de la presencia de un obispo con legítima jurisdicción.
También hay que
señalar que la jerarquía se puede definir de dos maneras: jerarquía
jurisdiccional y jerarquía eclesiástica(90).
Papa Pío XII, Ad
sinarm gentum, # 13, 7 de octubre de 1954:Además –“lo que del mismo modo ha
sido establecido por disposición divina –a la potestad de orden (en virtud de
la cual la jerarquía eclesiástica se halla compuesta de obispos, sacerdotes y
ministros) se accede recibiendo el sacramento del orden sagrado”91.
Sólo aquellos que
tengan jurisdicción ordinaria (es decir, jurisdicción que se adjunta a un
oficio) constituyen la jerarquía jurisdiccional. Por otro lado, todo sacerdote
católico válido constituye parte de la jerarquía eclesiástica. Es posible
entonces que la jerarquía siga existiendo mientras haya jerarquía eclesiástica.
Los
anti-sedevacantistas que plantean esta objeción no pueden identificar a un
verdadero obispo católico con jurisdicción ordinaria. Pues, ¿a quién van a
señalar? ¿Al “obispo”Bruskewitz, que en su propia catedral realizó una Séder
Pascual interreligiosa con un grupo de rabinos durante la Semana Santa?(92)
¿Van a señalar al “cardenal”Mahony o al “cardenal”Keeler?
Si fuera verdadero que
debe haber un obispo con jurisdicción ordinaria en algún lugar (cosa que no se
ha demostrado), entonces él estaría en algún lugar. Pero ello no cambia el
hecho de que Benedicto XVI y sus obispos apóstatas sean no católicos y, por lo
tanto, no formen parte de la jerarquía. Frente a un hecho, no hay argumento;
por lo tanto, contra este hecho, no hay argumento.
Por último, y quizás
lo más importante, ¡la secta del Vaticano II rechaza la visibilidad de la
Iglesia católica, lo que demuestra una vez más que no es la verdadera Iglesia
católica visible!
Documento del Vaticano
II, Unitatis redintegratio, # 1:
“Casi todos, sin
embargo, aunque de modo diverso, suspiran por una Iglesia de Dios única y
visible, que sea verdaderamente universal y enviada a todo el mundo, para que
el mundo se convierta al Evangelio y se salve para gloria de Dios”93.
¿Recuerdan esta
herejía aludida en capítulos anteriores? Al comienzo de su Decreto sobre el
ecumenismo, el Vaticano II enseña que casi todo el mundo suspira por una
Iglesia verdaderamente universal y visible, cuya misión es convertir al mundo
con el Evangelio. Una vez más, para aquellos que dudan de que el Vaticano II
está negando aquí la existencia de la Iglesia católica, veamos cómo interpreta
ese pasaje el antipapa Juan Pablo II.
Juan Pablo II,
Homilía, 5 de diciembre de 1996, hablando sobre la oración con los no
católicos: Cuando“ oramos juntos, lo hacemos con el deseo de ‘una Iglesia de
Dios única y visible, que sea verdaderamente universal y enviada a todo el
mundo, para que el mundo se convierta al Evangelio y se salve para gloria de
Dios’(Unitatis redintegratio, .1)”
Juan Pablo II, Ut unum
sint, # 7, 25 de mayoNoobstante,de casi1995:todos, “ aunque de manera
diferente, aspiran a una Iglesia de Dios única y visible, que sea
verdaderamente universal y enviada a todo el mundo, a fin de que el mundo se
convierta al Evangelio y así se salve para gloria de Dios (documento del
Vaticano II
Unitatis
redintegratio, 941)”.
Así que, si usted
acepta la enseñanza de la Iglesia sobre su visibilidad, esa es una razón más
por la cual se debe rechazar la secta del Vaticano II y a sus antipapas.
Por cierto, la idea de
una Iglesia invisible –enseñada por la secta del Vaticano II –ha sido condenada
por lo menos tres veces: Papa León XIII, Satis cognitum, # 3, 29 de junio
1896(95); Papa Pío XI, Mortalium animos, # 10, 6 de enero 1928(96); Papa Pío
XII, Mystici Corporis Christi, # 64, 29 de junio de 1943(97).
Papa León XIII, Satis
cognitum, # 3, 29 de junio de 1896:
“’Sois el cuerpo de
Cristo’(1 Cor. 12, 27). Porque la Iglesia es un cuerpo visible, (…)
De aquí se sigue que
están en un pernicioso error los que, haciéndose una Iglesia a medida de sus
deseos, se la imaginan como oculta y en manera alguna visible…”98.
Por otra parte, hay un
dato interesante sobre la crisis de la querella por las investiduras laicas
(1075-1122). Durante esta crisis, el malvado rey de Alemania, Enrique IV,
instituyó a un antipapa (que fue apoyado por muchos obispos alemanes). Enrique
también nombró a sus obispos que también se sometieron al antipapa. El
resultado fue que había dos obispos en casi todas las diócesis y con ello una
gran confusión.
Enciclopedia Católica,
vol. 8, Investiduras”,1910,“Ahora habíap. mucha86: “ confusión en todas partes,
(…) Muchas diócesis tenían dos ocupantes. Ambos partidos llamaban a sus rivales
perjuros y traidores…”99.
El punto es que, al
igual como actualmente estamos frente a una apostasía sin precedentes, la
Iglesia ha atravesado en el pasado por épocas confusas, incluyendo aquellas en
que era difícil identificar a la verdadera jerarquía.
16ª objeción: Los
Papas del Vaticano II no han enseñado herejía manifiesta porque sus
declaraciones son ambiguas y requieren ser comentadas.
Chris Ferrara,
“Oposición a la Campaña Sedevacantista, II Parte”, Catholic Family News,
octubre de 2005, p. 8:Ahora“ bien, aquello que se manifiesta –es decir, claro,
evidente, obvio, inconfundible e indudable –no requiere explicación. Esta misma
cualidad de no requerir una explicación es lo que lo hace manifiesto. Por lo
tanto, antes que la campaña pueda siquiera llegar a la primera base, debe
mostrarnos no solamente declaraciones papales hechas abiertamente, sino
declaraciones cuya supuesta herejía no requiera ninguna explicación para
demostrarla. En las palabras papales en sí mismas –no las interpretaciones
sedevacantistas de dichas palabras – debe quedar clara la herejía.
“Si un
llegarPapadeclarar a toda la Iglesia en algún documento o declaración
pública:No‘hay Santísima Trinidad. ¡Sólo hay un Dios Creador, tal y como creen
los musulmanes!’,entonces su herejía sería manifiesta en el sentido pleno y
correcto de la palabra”100.
Respuesta: Chris
Ferrara, como de costumbre, está totalmente equivocado. En primer lugar, hay
muchos ejemplos de herejías manifiestas de los antipapas postconciliares que no
requieren explicación o comentario, como lo hemos visto ya. En segundo lugar,
la autoridad papal nos enseña que algunas herejías sí requieren una
explicación, un estudio y análisis profundo para descubrir y condenarlas, como
pronto veremos.
Antes de hablar sobre
estos dos puntos, es necesario que el lector analice el ejemplo de la herejía
que Ferrara pone como ejemplo. Él dio el ejemplo de la herejía: “No hay
Santísima Trinidad”. Según Chris Ferrara, este es un ejemplo indiscutible de
herejía manifiesta. Es cierto que esta afirmación es una herejía, pero observe
bien que, incluso en este ejemplo no se trata de una negación exactamente
palabra por palabra de una definición dogmática. Por lo que estamos claros, no
hay una definición dogmática expresa sobre la Santísima Trinidad que declare:
“Hay una Santísima Trinidad”. Hay definiciones, tales como las siguientes:
Papa Gregorio X,
Segundo Concilio de Lyon, 1274, ex cathedra:Creemos“ que la Santa Trinidad,
Padre e Hijo y Espíritu Santo es un solo Dios omnipotente…”101.
Por supuesto, los
católicos inmediatamente reconocen que una declaración que digaNohay “
Santísima Trinidad”equivale a una negación directa a esta definición dogmática,
aunque no la niega palabra por palabra. Así, al darnos su único ejemplo de
herejía –el único ejemplo que probablemente inventó Ferrara porque se sintió
seguro de que los sedevacantistas no pueden encontrar una herejía equivalente
sobre la Trinidad dicha por Benedicto XVI –, prueba nuestro punto: las
declaraciones que equivalen a una negación directa de los dogmas, a pesar de
que no sean negaciones exactamente palabra por palabra de una definición
dogmática, son ejemplos de herejía manifiesta.
Así como los católicos
reconocen inmediatamente que la declaración: No“hay Santísima Trinidad”es una
herejía manifiesta, a pesar que no existe ningún dogma que declara exactamente
lo contrario palabra por palabra, también reconocen inmediatamente que la
declaración de Benedicto XVI que el protestantismo no es una herejía es, por
supuesto, una negación directa de los dogmas católicos que condenaron las
enseñanzas protestantes como heréticas. Gracias, Sr. Ferrera, por demostrar
nuestro punto nuevamente.
Ahora vamos a citar
más de diez declaraciones de Benedicto XVI (y una sola de Juan Pablo II) y no
presentaremos ningún comentario. Todo aquel que sea sincero y honesto verá que
ellas equivalen a un rechazo directo del dogma católico sin necesidad de algún
tipo de análisis.
“Cardenal”
JosephElSignificadoRatzinger,delaFraternidadCristiana, pp. 87-88: “La dificultad
es profunda a la manera de dar una respuesta. En última instancia, se debe
al hecho de que no
existe una categoría adecuada en el pensamiento católico para el fenómeno del
protestantismo de hoy (se podría decir lo mismo de la relación con las
iglesias separadas del
oriente). Es evidente que la antigua categoría no es de ningún valor (…El)
protestantismo ha hecho una importante contribución
a la realización de la
fe cristiana, cumpliendo una función positiva en el desarrollo del mensaje
Lacristianoconclusiónesinevitable,(…)entonces: el protestantismo de hoy es algo
diferente de la herejía en el sentido tradicional, un fenómeno cuyo verdadero
lugar teológico no ha sido aún determinado”102.
No es necesario
comentar.
Joseph Ratzinger,
Puntos teologales culminantes del Vaticano II, pp. 61,Mientras68: “… tanto la
Iglesia católica no tiene el derecho de absorber a las otras Iglesias. La
Iglesia aún no les ha
preparado un lugar para ellas mismas, pero ellas tienen el derecho
legítimounaunidaddebásica(–…de) las iglesias que permanecen
Iglesias, pero que se
convierten en una Iglesia particular –debe reemplazar la idea
de la conversión, a
pesar de que la conversión conserva su significado para aquellos que por
motivos de conciencia la buscan”103.
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
PrincipiosRatzinger,delateologíacatólica, pp. 197-198: “En este contexto
podemos sopesar las posibilidades que se abren al ecumenismo cristiano. La
exigencia máxima en
que fracasa la búsqueda de la unidad es clara. Por parte de
Occidente, la
exigencia máxima sería que el oriente reconociera la primacía del obispo de
Roma en todo el ámbito de la definición de 1870 [Vaticano I] y al hacerlo
someterse, en la práctica, a una primacía como ha sido aceptada por las
iglesias uniatas. Por parte del Oriente, la exigencia máxima sería que
Occidente declare la doctrina de la primacía de 1870 como errónea y, al
hacerlo, presentara, en la práctica, una primacía, como se ha aceptado con la
eliminación del Filioque en el Credo e incluso quitando los dogmas marianos de
los siglos XIX y XX. En cuanto al protestantismo, la exigencia máxima de la
Iglesia católica sería que los ministros eclesiales protestantes se consideren
como totalmente inválidos y que los protestantes se conviertan al catolicismo
(…)ningunas de estas soluciones
de máxima exigencia
ofrecen una esperanza real de unidad”104.
No es necesario
comentar.
“Cardenal” JosephDiosy
el Ratzinger,mundo2000, Comop. es209:natural, “ también es posible leer el
Antiguo Testamento como si no se dirigiera a Cristo, no señala de manera
inequívoca a Cristo. Y si los judíos no pueden verlo consumado
en él, no es sólo por
malignidad, sino también por la oscuridad de las palabras y la relación de
tensión entre la figura de Jesús y dichas palabras. Jesús les imprime un nuevo
significado, y gracias a él todas adquieren un contexto, una dirección y un sentido.
Existen, por tanto, buenos motivos para negar que el Antiguo Testamento se
refiera a Cristo y decir: No, no es esto lo que él dijo. Y también buenas
razones para reivindicarlo –tal es la disputa existente entre judíos y
cristianos”105.
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
PrincipiosRatzinger,delateología católica (1982), p. 377: Hay“…una obsesión con
el rótulo que se refiere a la liturgia de la Iglesia como inválida y por lo
tanto se pone fuera de la Iglesia. Se olvida aquí que la validez de la liturgia
depende en primer lugar, no en palabras específicas, sino en la comunidad de la
Iglesia…”106
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
PrincipiosRatzinger,delateologíacatólica (1982), Ellop.significa202: “ que el
católico no insiste en la disolución de las confesiones protestantes y la
demolición de sus iglesias, sino que espera, más bien, que ellos sean
fortalecidos en
sus confesiones y en
su realidad eclesial”107.
No es necesario
comentar.
Juan Pablo II, Ut unum
sint, # 84, 25 de mayo de 1995:
“… [Hablando de las
“iglesias”Estossantosproceden nodetodascatólicas]las
Iglesias y Comunidades
eclesiales, QUE LES ABRIERON LA ENTRADA EN LA COMUNIÓN DE LA SALVACIÓN”108.
No es necesario
comentar.
“Cardenal” Joseph
Ratzinger,Principiosdelateología católica, 1982, Sipes. 381: “ conveniente
ofrecer un diagnóstico del texto [del documento del Vaticano II,
Gaudium et Spes] en su
conjunto, podríamos decir que (en relación con los textos sobre la libertad
religiosa y las religiones del mundo) es una revisión del Syllabus de Pío IX,
una especie de contra syllabus (…Como) resultado, la unilateralidad de la
posición adoptada por la Iglesia bajo Pío IX y Pío X en respuesta a la
situación creada por la nueva etapa de la historia inaugurada por la revolución
francesa fue, en gran medida, corregida via facti, especialmente en Europa
central, pero todavía no existía una declaración básica sobre la relación que
debe existir entre la Iglesia y el mundo que había llegado a su existencia
después de 1789”109.
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
JosephColaboradoresRatzinger,delaVerdad1990, Lappregunta.217: “ que realmente
nos interesa, la cuestión que realmente nos oprime es ¿por qué es
necesario que nosotros
practiquemos específicamente la fe cristiana en su totalidad?; ¿por qué, cuándo
hay tantos otros caminos que conducen al cielo y a la salvación, se deba
requerir de nosotros soportemos día a día, todo el peso de los dogmas
eclesiales y el ethos eclesial? Y así llegamos de nuevo a la pregunta: ¿Qué es
exactamente la realidad cristiana? ¿Cuál es el elemento específico del
cristianismo que no sólo justifica, sino que lo hace obligatoriamente necesario
para nosotros?
Cuando se plantea la
pregunta sobre el fundamento y el sentido de nuestra existencia cristiana,
entra un cierto falso anhelo de la vida aparentemente más cómoda de las otras
personas que también se dirigen al cielo. Nos parecemos demasiado a los obreros
de la primera hora de la parábola de los obreros de la viña (Mt. 20, 1-16). Una
vez que descubrieron que podían haber ganado su salario diario de una manera
mucho más fácil, no podían entender por qué habían tenido que trabajar todo el
día. ¡Pero qué extraña actitud de encontrar pocos fructuosos los deberes de
nuestra vida cristiana sólo porque el denario de la salvación se puede ganar
sin ellos! Parece que nosotros –como los obreros de la primera hora – queremos
que se nos pague no sólo con nuestra propia salvación, pero en particular con
la carencia de la salvación de los demás. Eso es a la vez muy humano y
profundamente anti-cristiano”110.
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
JosephColaboradoresRatzinger,delaVerdad1990, p. 29: “Como dice frase
contundente de Congar, sería tan tonto y perverso identificar la eficacia del
Espíritu Santo con el
trabajo del aparato eclesial. Esto significaría que incluso en la fe católica
la unidad de la Iglesia estaría aún en el proceso de formación, que sólo se
alcanzaría por completo en el eschaton [el fin del mundo], al igual que la
gracia no se perfeccionaría hasta que sus efectos sean visibles –si bien la
comunidad de Dios ya ha comenzado a ser visible”111.
No es necesario
comentar.
“Cardenal”
JosephIntroducciónRatzinger,alCristianismo2004, Estop.indica349: “ claramente
que la médula de la fe en la resurrección no consiste en la idea de la
restitución de los cuerpos, a lo que nosotros la hemos reducido; todo esto es
válido,
aunque la Biblia haya
cambiado la representación”112.
No es necesario
comentar.
El pueblo judío y las
Sagradas Escrituras en la Biblia cristiana, sección II, A, con prólogo de
BenedictoLaesperaXVI:mesiánica“ de los judíos no es vana (…)leer la Biblia como
la lee el judaísmo implica necesariamente la aceptación de todos sus
presupuestos (…que)
excluyen la fe en Jesús como Mesías e
cristianos pueden y
deben admitir que la lectura judía de la Biblia es una lectura posible…”113.
Hay muchísimas otras,
pero éstas constituyen más de diez ejemplos de herejías manifiestas que
equivalen a una negación directa del dogma católico sin ningún tipo de
necesidad de comentario.
CHRIS FERRARA vs EL
PAPA PÍO VI SOBRE LA AMBIGÜEDAD EN LA HEREJÍA = UN GOLPE DE GRACIA PARA EL PAPA
PÍO VI
Además del hecho de
que hay herejías manifiestas de los antipapas del Vaticano II que no requieren
comentario, como acabamos de ver, lo que destruye totalmente el argumento de
Ferrara, está el hecho de que el Papa Pío VI enseña exactamente lo contrario
sobre la herejía y la ambigüedad. ¡El Papa Pío VI declara que los herejes, tal
como Nestorio, siempre han ocultado sus herejías y errores doctrinales en la
contradicción y la ambigüedad!
Papa Pío VI,
condenación del Sínodo de Pistoya, de la BulaAuctorem“ fidei”, 28 de agosto
de[Los doctores1794:antiguos]“ Sabían los novadores muy bien el astuto arte de
engañar, los cuales temiendo ofender los oídos católicos cuidan ordinariamente
ocultarlos con fraudulentos artificios de palabras, para que entre la variedad
de sentidos con mayor suavidad se introduzca en los ánimos el error oculto, y
suceda, que corrompida por una ligerísima adición o mudanza la verdad de la
sentencia, pase sutilmente a causar la muerte, la confesión que obraba la
salud. Y a la verdad este modo solapado y falaz de discurrir, aunque en todo
género de oración es vicioso, mucho menos debe tolerarse en un Sínodo, cuya
especial alabanza es el observar, cuando enseña, tal claridad en el decir, que
no deje peligro alguno de tropezar.
”Y por tanto, si en
este género de cosas se llegase a cometer error, no se pueda defender con
aquella engañosa excusa que suele darse, de que lo que tal vez por descuido se
dijo en una parte con mayor dureza, se halla en otros lugares más claramente
explicado y aun corregido; como si esta descarada licencia de afirmar, y negar y
contradecirse según su voluntad, que fue siempre la fraudulenta astucia de los
novadores para sorprender con el error, no fuese más propia para descubrirle
que para ocultarle:
”O como si
especialmente a los indoctos que por casualidad viniesen a dar con esta o la
otra parte del Sínodo, que a todos se presenta en lengua vulgar, les hubiesen
de ocurrir siempre aquellos otros lugares dispersos que deberían mirarse, o aun
vistos estos tuviese cualquiera bastante instrucción para conciliarlos por sí
mismo, de suerte que, como aquellos falsamente y sin consideración dicen,
puedan huir todo peligro de error. Artificio a la verdad perniciosísimo de
introducir el error que con sabia penetración descubierto ya antes en las
cartas de Nestorio, Obispo de Constantinopla, le refutó con reprensión
gravísima nuestro predecesor Celestino; en las cuales cartas, bajo un estudio
atento, siguiéndole los pasos a aquel taimado, cogido y detenido, armado de su
locuacidad, cuando envolviendo en tinieblas lo verdadero, y volviendo después a
confundir uno, y otro, o confesaba lo que había negado, o pretendía negar lo
que había confesado.
“Para rebatir estas
astucias, renovadas con demasiada frecuencia en todas las edades, no se ha
hallado otro camino más acomodado que EL EXPONER LAS SENTENCIAS, QUE EMBOZADAS
CON LA AMBIGÜEDAD, ENCIERRAN UNA PELIGROSA Y SOSPECHOSA DIVERSIDAD DE SENTIDOS,
NOTAR LA SINIESTRA INTELIGENCIA A QUE ESTÁ ANEXO EL ERROR QUE REPRUEBA LA
SENTENCIA CATÓLICA”.
¡El Papa Pío VI nos
enseña que si alguien emboza (oculta) una herejía con la ambigüedad, como los
herejes lo han hecho a través de las edades, el católico debe señalarlo con el
sentido herético y denunciar ese sentido herético que se oculta con la
ambigüedad! Con esto sólo se destruye toda la serie de artículos y objeciones
contra el sedevacantismo de Chris Ferrara. (Y por favor nótese una distinción
importante: no estamos afirmando que sean heréticos los documentos o
declaraciones que meramente son ambiguos pero que no enseñan ninguna
contradicción doctrinal de la fe católica; eso no, lo que afirmamos con el Papa
Pío VI es que los documentos que contienen claramente declaraciones o
afirmaciones heréticas contra el dogma católico, y contengan además
contradicción y ambigüedad junto con estas últimas, siguen siendo por ello tan
heréticas a pesar de la ambigüedad y contradicción que puedan contener las que
son expresamente heréticas. Un ejemplo sería la de un supuesto “católico”que
constantemente apoya el aborto, pero a veces dice que acepta la enseñanza de la
Iglesia sobre el aborto. Esta persona es un hereje manifiesto, a pesar de la
contradicción y ambigüedad que implica su posición. Otro ejemplo sería la de un
hombre que declara que no debemos convertir a los protestantes (herejía
manifiesta), pero quién además declara que solo la Iglesia católica es la
plenitud de la fe cristiana de la cual todos debemos adoptar. Él sería un
hereje manifiesto, a pesar de que esta última declaración les parezca a algunos
que sea contradictoria con respecto a la primera. Los herejes son deshonestos y
mentirosos, por lo que a menudo intentan contradecir o mitigar lo ofensivo de
sus herejías con tácticas sutiles de contradicción junto con ambigüedad; este
es el punto del Papa Pío VI).
Observen cómo Chris
Ferrara contradice directamente la enseñanza del Papa Pío VI.
Chris Ferrara,
“Oposición a l Papa Pío VI: “Y por tanto
Sedevacantista, II ,
CatholicParte”Family género de cosas se llegase a cometer
News, octubre de
Por2005,lo error, no se pueda defender con
tanto, se trata de un
documento aquella engañosa excusa que suele
[Dignitatis humanae
del Vaticano II] darse, de que lo que tal vez por
que contiene aparentes
contradicciones descuido se dijo en una parte con
en sí, que parecen ser
resultado de los mayor dureza, se halla en otros lugares
intentos del Concilio
en mitigar a las más claramente explicado y aun
facciones
conservadoras y liberales entre corregido; como si esta descarada
los padres
conciliares. Un documento licencia de afirmar, y negar y
que se contradice en
sí porque parece contradecirse según su voluntad, que
defender y negar la
enseñanza fue siempre la fraudulenta astucia de
tradicional en uno y
al mismo tiempo, los novadores para sorprender con el
difícilmente puede
decirse que se error, no fuere más propia para
constituye como una
contradicción descubrirle que para ocultarle.
manifiesta a la
doctrina tradicional (…)
Puesto que lo que se
discute son las “Artificio a la verdad perniciosísimo de
ambigüedades,
contradicciones introducir el error que con sabia
internas, y
novedades…”. penetración descubierto ya antes en las
cartas de Nestorio,
Obispo de
Constantinopla, le
refutó con
reprensión gravísima
nuestro
predecesor
Celestino…”.
Obviamente, quien está
correcto es el Papa Pío VI y quien está completamente equivocado es Chris
Ferrara. Nótese que Pío VI también dice que algunos de estos errores
doctrinales (que, en este caso, también son herejías, ya que él se refiere a
las herejías del archi-hereje Nestorio) ¡sólo fueron descubiertos después de un
atento análisis y estudio!
Pío ArtificioVI: a“la
verdad perniciosísimo de introducir el error que con sabia penetración
descubierto ya antes en las cartas de Nestorio, Obispo de Constantinopla, le
refutó con reprensión gravísima nuestro predecesor Celestino; en las cuales
cartas, bajo un estudio atento, siguiéndole los pasos a aquel taimado, cogido y
detenido, armado de su locuacidad, cuando envolviendo en tinieblas lo
verdadero, y volviendo después a confundir uno, y otro, o confesaba lo que
había negado, o pretendía negar lo que había confesado” .
Pero, ¿no se suponía
que ese análisis y estudio no era necesario para las contradicciones
manifiestas a la doctrina católica? Eso es lo que dice Chris Ferrara.
Chris Ferrara, The
Remnant, 30 de septiembre de 2005, ¿dóndep. 18:estánlas“…
declaraciones
objetivamente heréticas? Si ellas existen, debiera ser algo simple citar las
proposiciones heréticas (…) Las ‘herejías’deben hablar por sí mismas sin
ningún tipo de ayuda
de ‘comentario’por los denunciantes sedevacantistas”114.
Chris Ferrara no
podría estar tan equivocado. Los herejes engañan con sus contradicciones y
ambigüedades, porque la herejía en sí es una mentira y una contradicción.
Papa Pío XI, Rite
expiatis, # 6, 30 de abrillasherejíasde 1926:pocoapoco“…
nacieron y crecieron
en la viña del Señor, propagada o por herejes manifiestos o por engañadores
astutos que, por motivo de que profesaban
una cierta vida de
austeridad y daban una falsa apariencia de virtud y piedad, fácilmente llevaron
por el mal camino a las almas frágiles y sencillas”115.
Nótese que las
herejías nacen tanto a través de herejes manifiestos como también por
engañadores astutos, como Benedicto XVI, que mezcla declaraciones y acciones
conservadoras con sus increíbles e innegables herejías. Para ilustrar este
punto nuevamente miremos el hecho de que el archi-hereje Arrio llegó a ser
aprobado por Constantino por haberle dado una ambigua profesión de fe. Sin
embargo, San Atanasio no se dejó engañar y se negó a considerarlo católico.
“Arrio se presentó
junto con Euzoios, su aliado en doctrina y exilio. Le entregó al emperador
[Constantino] una profesión de fe cautelosa con lo que se podría interpretar ya
sea en el sentido arriano o en el sentido ortodoxo, pero que no contenía la
palabra ‘consustancial’.Constantino se puso contento, anulando la sentencia de
exilio, y ordenó que Arrio fuera nuevamente recibido en su rango dentro del
clero. Sin embargo, el superior eclesiástico de Arrio, Atanasio, se negó a
aceptarlo”116.
Según Chris Ferrara,
los católicos deberían haber aceptado como católico al negador de Cristo,
Arrio, como lo hizo Constantino, ya que su profesión era ambigua. Chris Ferrara
es la perfecta víctima de
Satanás; todo lo que
el diablo quiere que haga el hereje después de enseñar su herejía es echarle un
poco sabor de ambigüedad y contradicción, y así él le dirá al mundo que sigan
al hereje y que permanezcan bajo su égida. Y así es exactamente cómo el diablo
ha tenido tanto éxito en mantener a las personas dentro de la apóstata y
manifiestamente herética secta del Vaticano II. Las personas ven algunas
declaraciones o acciones conservadoras de parte de los herejes, y se convencen
de que no podrían ser herejes malintencionados, a pesar de que están negando y
destruyendo la fe a su alrededor, como lo hemos demostrado. De esta manera, el
diablo triunfa.
Para ilustrar lo
“absurdo patente”de la “teología”de Chris Ferrara, Fulano bien podría escribir
un documento en el que niega repetidas veces que la Virgen es inmaculada, y
luego declara al final que él defiende la enseñanza de la Iglesia sobre la
Inmaculada Concepción, y el documento no sería manifiestamente herético ya que
contendríacontradicción“”. ¿Hay algo más estúpido? Ferrara aplica esta falsa
teología, cosa que es directamente contraria a la enseñanza del Papa Pío VI
(como vimos más arriba), en su análisis de la declaración del Vaticano II sobre
la libertad religiosa.
Chris Ferrara,
Catholic Family News, “Oposición a edevacantista,laCampañaII S Parte”,octubre
de 2005,La afirmaciónp.25:dela “campaña [sedevacantista] de que
hay herejía manifiesta
en DH [Dignitatis humanae, la declaración del Vaticano II sobre la libertad
religiosa] es aún más débil cuando se considera que en el artículo 1 de DH se
declara que el Concilio ‘deja íntegra la doctrina tradicional católica acerca
del deber moral de los hombres y de las sociedades para con la verdadera
religión y la única Iglesia de Cristo’”117.
La declaración del
Vaticano II sobre la libertad religiosa contiene clara herejía contra el dogma
de la Iglesia que dice que el estado tiene el derecho de reprimir la expresión
pública de las falsas religiones. El hecho de que la declaración del Vaticano
II sobre la libertad religiosa reclame que “deja íntegra la doctrina
tradicionalnosignifica nadacatólica”enabsoluto.Los “viejos católicos”, dijeron
exactamente lo mismo, así como lo han hecho los herejes a través de la
historia.
Papa Pío IX, Graves ac
diuturnae, # 2, 23 de marzoEllos[lo sdeviejos‘1875: “ católicos’] repetidas
veces declaran abiertamente que no rechazan ni lo más
mínimo de la Iglesia
católica y su cabeza visible, sino que muestran celo por la pureza de la
doctrina católica, (…) Sin embargo, ellos de hecho se niegan a reconocer todas
las prerrogativas divinas del vicario de Cristo sobre la tierra y no se someten
a su magisterio supremo”118.
Entonces, según
Ferrara, es un caso inválido de que sean herejes los “viejos católicos”,yaqueen
repetidas ocasiones afirman que son celosos de la pureza de la doctrina
católica, y que abiertamente declaran que no rechazan la doctrina católica. Sin
embargo, esto no es así puesto que la Iglesia católica enseña que ellos son
herejes manifiestos y todos los que adhieren a sus enseñanzas y su secta serán
considerados herejes.
Papa Pío IX, Graves ac
diuturnae, #s 1-4, 23 de marzolosnuevosde herejes1875: “… que se dicen ‘viejos
católicos’…)(estos cismáticos y herejes (…) su secta malvada (…)
estos hijos de las
tinieblas (…) su facción malvada (…) esta secta deplorable (…) Esta secta
derroca los fundamentos de la religión católica, sin pudor rechaza las
definiciones dogmáticas del ecuménico Concilio Vaticano, y se dedica de varias
maneras a la ruina de las almas. Decretamos y declaramos en Nuestra carta del
21 de noviembre de 1873, que esos hombres desgraciados que pertenecen,
adhieren, y apoyan esa secta deben ser considerados cismáticos y separados de
la comunión con la Iglesia”119.
Papa Pío IX, Quartus
supra, # 6, 6 de enero de 1873:Siempre ha“sido la costumbre de los herejes y de
los cismáticos llamarse católicos y proclamar sus muchas excelencias con el fin
de llevar al error a los pueblos y a los príncipes”120.
Podemos ver que la
“teología” deChris Ferrara es contraria no sólo con la enseñanza de los Papas,
sino también con el sentido común. De hecho, la idiotez satánica de la posición
de Ferrara (y de muchos otros) –esto es, que los apostatas y antipapas del
Vaticano II no son herejes manifiestos sólo porque a veces se contradicen y
emplean la ambigüedad, junto con sus increíbles herejías –puede ser tal vez
ilustrado cuando vemos el caso del apóstata John Kerry [un destacado político
estadounidense que proclama ]. ser “católico”
Dudamos que casi
cualquier persona que lea este artículo considere como católico a John Kerry
[puesto que él está a favor del aborto, etc.]. Incluso las personas de la
Universidad Franciscana admiten que: “No se puede ser católico y ser
pro-aborto”, como declaraban sus letreros en protesta cuando él dio su discurso
en Ohio. Pero John Kerry dice que él acepta la doctrina católica, a pesar de
que vota sistemáticamente a favor del aborto.
Durante el debate
presidencial de 2004 con George W. Bush, John Kerry declaró: “No puedo imponer
mi artículo de fe a otra persona”. ¿Entendió eso? John Kerry ha declarado
públicamente que la enseñanza de la Iglesia contra el aborto es su artículo de
fe, pero que simplemente no puede aplicarlo o imponerlo en la esfera pública.
Por supuesto, su argumento es absurdo, una mentira, y una contradicción –así
como lo son todas las herejías. Pero según Chris Ferrara, John Kerry debe ser
considerado como católico, ya que algo que:
“…se contradice en sí
porque parece defender y negar la enseñanza tradicional en uno y al mismo
tiempo, difícilmente puede decirse que se constituye como una contradicción
manifiesta a la doctrina tradicional…”121.
Podemos ver que esta
afirmación es una tontería. Si fuera cierto, entonces de John Kerry apenas se
podría decir que es un hereje manifiesto cuando él afirma públicamente que la
enseñanza de la Iglesia contra el aborto es su artículo de fe, pero luego la
contradice por apoyar tajantemente el aborto. John Kerry debe ser considerado
como un católico, según la depravada perversión de la doctrina católica,
inspirada por Satanás, que el hereje Chris Ferrara está vendiendo en las
publicaciones “tradicionales”. Esta conclusión también pondría a Ferrara en
desacuerdo con otro de sus colegas y buenos amigos, Michael Matt, quien declaró
de manera inequívoca (por su propia autoridad, ya que esto no ha sido declarado
por su “Papa”) que John Kerry es un apóstata.
Michael Matt, The
Remnant, 15 de abril Tomende como2004,ejemplo pal. 5: “ senador John F. Kerry,
el primer católico nominado para la presidencia por uno de
los partidos
principales desde 1960. Kerry, que, por cierto, cuyos abuelos paternos eran
judíos, está haciendo una buena imitación de Kennedy en estos días: ‘En este
país tenemos una separación entre Iglesia y el Estado’,Kerry dijo recientemente
a la revista Time. ‘Como lomuy claramentedijo John Kennedy, yo seré un
presidente que curiosamente será católico, pero no será un presidente
católico’. ¡Pormenos enloeso podemos estar de acuerdo con el caballero de
Massachusetts! De hecho, lo llevaríamos un paso más allá al señalar que el
candidato presidencial Kerry no es católico en absoluto.
“Oh,claro, el ex
monaguillo dice que es católico; que supuestamente se queja cuando sus
empleados no le dejan suficiente tiempo en su horario para ir a la misa
dominical; su sitio oficial anuncia que ‘John Kerry fue criado en la fe
católica y sigue siendo un miembro activo de la Iglesia católica’.Pero él no es
católico ni tampoco su esposa –otra anticatólica que afirma ser alguien que
practica la fe. La descripción que da John Kerry de sí mismo y de su esposa es
meramente falsa: ‘[Yo soy] creyente y practico el catolicismo, casado con otra
creyente que practica el catolicismo’.Suena bien, ¿no? El problema es que John
Kerry es un apóstata”122.
Al parecer, Ferrara y
Matt ahora tienen algo de qué hablar. Y realmente, el caso de John Kerry
demuestra el punto, ya que si no se puede decir que Benedicto XVI –que ha
tomado parte activa en el culto judío, que no cree que Jesucristo sea
necesariamente el Mesías e Hijo de Dios, que enseña que no debemos convertir a
los protestantes, y que fue iniciado en el islam, etc. –no puede ser
considerado un hereje, entonces usted no tiene ninguna justificación para decir
que John Kerry sí lo es. De hecho, los dogmas que Benedicto XVI niega se han definido
más veces que el dogma que Kerry niega.
18ª objeción: El
Concilio de Constanza condenó la idea que un hereje deja de ser el Papa.
Errores de Juan Hus,
Condenados SiporelPapaeles Concilio de malo y, sobre todo, si es precito
[réprobo], entonces, como Judas el apóstol, será del
diablo, un ladrón e
hijo de la perdición, y no es cabeza de la Santa Iglesia militante, como quiera
que no es miembro suyo”126. –Condenado
Respuesta: No, el
Concilio de Constanza no condenó la idea que un hereje deja de ser el Papa.
Este es un grave malentendido sobre esta proposición. Como se ve claramente, el
Concilio condenó algo muy distinto. Condenó la proposición de que un hombre
malo dejaría de ser la cabeza de la Iglesia, ya que no es miembro de ella. La
proposición del hereje Hus afirma correctamente que alguien no puede ser cabeza
de la Iglesia si no es miembro de la Iglesia, pero yerra al decir que el Papa
deja de ser miembro de la Iglesia si es “malo”.
Papa Pío XII, Mystici
Corporis Christi, # 23, 29 de junio de 1943:
“Puestono todosquelos
pecados, aunque graves, separan por su misma naturaleza al hombre del cuerpo de
la Iglesia, como lo hacen el cisma, la herejía o la apostasía”127.
Un Papa que sea
simplemente malo no deja de ser Papa, pero si es un hereje o cismático sí lo
deja de serlo. Esto se debe a que la herejía, el cisma y la apostasía nos
separan de la Iglesia, mientras que no lo hacen los otros pecados (no
importando que tan graves o malos sean). Así, podemos ver claramente que la
proposición está condenando la idea de que la maldad nos separa de la Iglesia.
Ello no está condenando la verdad de que un hereje deja de ser el Papa. De
hecho, muchas de las otras proposiciones de Juan Hus, que luego fueron
condenados por el Concilio de Constanza, repite de diversas maneras la falsa
idea expresada anteriormente: que los malos no son parte de la Iglesia(128).
San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30:
“Este principio es de
lo más cierto. El que no es cristiano no puede de ninguna manera ser Papa, como
Cayetano lo dijo (ib. c. 26). La razón por esto es que no puede ser cabeza de
lo que no es miembro; ahora quien no es cristiano no es miembro de la Iglesia,
y quien se manifieste hereje no es un cristiano, como claramente se enseña por
San Cipriano (lib. 4, epíst. 2), San Atanasio (Cont. arria.), San Agustín (lib.
De great. Christ.), San Jerónimo (contra Lucifer), entre otros; por lo tanto,
el hereje manifiesto no puede ser Papa”.
19ª objeción: La
Declaración Conjunta con los luteranos no es herejía manifiesta porque Juan
Pablo II y Benedicto XVI no la firmaron.
19ª objeción: La
Declaración Conjunta con los luteranos no es herejía manifiesta porque Juan
Pablo II y Benedicto XVI no la firmaron.
Respuesta: La
Declaración Conjunta con los luteranos por sí misma prueba que los “Papas”del
Vaticano II son unos antipapas no católicos. El hecho de que Juan Pablo II y
Benedicto XVI no lo hayan firmado es totalmente irrelevante. Ambos numerosas
veces la aprobaron públicamente, y están de acuerdo con ella.
Juan Pablo II, 19 de
enero de 2004, En una reunión con los luteranos de Finlandia: “… deseo expresar
mi gratitud por el progreso ecuménico hecho entre católicos y luteranos estos
últimos cinco años desde la firma de la Declaración conjunta sobre la Doctrina
de la Justificación”129.
Benedicto XVI,
Discurso a los protestantes en la Jornada Mundial de la Juventud, 19 de agosto
de la2005:importante Declaración“… conjunta sobre la doctrina de la
Justificación (1999) …”130.
Fulano bien podría
fabricar un documento negando la Inmaculada Concepción, y si usted se pusiera a
dar discursos sobre lo grandioso que es el documento de Fulano, eso lo haría a
usted un hereje manifiesto. El hecho de que usted no haya escrito el documento
de Fulano ni lo haya firmado no tiene nada de importante, porque usted lo
estaría igualmente aprobando públicamente. Juan Pablo II y Benedicto XVI
aprobaron públicamente la Declaración conjunta con los luteranos sobre la
Justificación, que enseña que las peores herejías luteranas no están condenadas
por el Concilio de Trento. Ellos son herejes manifiestos.
Conclusión: No hay
ninguna razón para no aceptar la posición sedevacante
Hemos respondido
detalladamente a las objeciones más comunes lanzadas contra la posición
sedevacante. Podemos ver que no hay nada dentro de la enseñanza de la Iglesia
católica que nos impida aceptar los hechos innegables de que la secta del
Vaticano II no es la Iglesia católica, y que los hombres que han dirigido esta
secta (los “Papas”post-Vaticano II) no son Papas en absoluto, sino unos
antipapas no católicos. Por lo contrario, hay prueba innegable a favor de esta
posición y todas las razones para aceptarla.
Notas de la Sección
Las respuestas a las objeciones más comunes contra el Sedevacantismo:
1 Decrees of the
Ecumenical Councils, [Los Decretos de los Concilios Ecuménicos], edición
inglesa, Sheed & Ward and Georgetown University Press, 1990, vol. 1, p.
113.
2 Coll. Seleta SS. Eccl. Patrum. Caillu and Guillou, vol. 32, pp. 411-412.
3 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, Sheed & Ward
and Georgetown University Press, 1990, vol. 1, p. 113.
4 Denzinger, The
Sources of Catholic Dogma [Las Fuentes de Dogma Católica], edición inglesa, B.
Herder Book Co. trigésima edición inglesa, 1957, no. 351.
5 The Sunday Sermons
of the Great Fathers [Los Sermones Dominicales de los Grandes Padres], edición
inglesa, Regnery, Co: Chicago, IL, 1963, vol. 1, pp. xxiv.
6 Denzinger 423.
7 The Papal
Encyclicals [Las Encíclicas Papales], de Claudia Carlen, edición inglesa,
Raleigh: The Pierian Press,
1990, vol. 2 (1878-1903), p. 393.
8 Denzinger 2022.
9 Denzinger 2054.
10 Denzinger 960.
11 The Papal
Encyclicals, edición inglesa, vol. 1 (1740-1878), p. 236.
12 Código de Derecho
Canónico de 1917, edición inglesa, traducido por el Dr. Edward Von Peters, San
Francisco, CA: Ignatius Press, 2001, canon 2314, p. 735.
13 Denzinger 1547.
14 The Catholic
Encyclopedia [La Enciclopedia Católica], edición inglesa, “Luther” [Lutero]
Company, 1910, pp.
445-446.
15 Warren H. Carroll,
A History of Christendom [Una Historia de la Cristiandad], edición inglesa,
Front Royal, VA:
Christendom Press,
2000, vol. 4 (The Cleaving of Christendom [La Hendidura de la Cristiandad]), p.
10.
16 The Papal Encyclicals, vol. 4 (1939-1958), p. 41.
17 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 578.
18 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 74.
19 Benedict XVI,
Principles of Catholic Theology [Teoría de los principios teológicos], edición
inglesa, Ignatius Press, 1982, p. 239.
20 Benedict XVI, Principles of Catholic Theology, edición inglesa, pp.
197-198.
21
L’Osservatore,edición inglesa,Romanoencarte especial, Declaración Conjunta de
la Doctrina de la Justificación,
24 de noviembre de
1999, #13.
23 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 45.
24 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 46.
25 The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 30.
26 The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), pp. 313-314.
27 The Papal Encyclicals, vol. 2 (1878-1903), p. 399.
28
L’Osservatore(periódicoRomanodelVaticano), edición inglesa, el 24 de mayo de
1973, p. 6.
29
L’Osservatore,edición inglesa,Romano27deenero de 1993, p. 2.
30 L’Osservatore,24deagostoRomanode2005,p. 8.
31 Eric F. Mackenzie, A.M., S.T.L., J.C.L. Rev., The Delict of Heresy,
Washington, D.C.: The Catholic Univ. of America, 1932, p. 35. (cf. canon
2200.2).
32 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 283.
33 San Roberto Belarmino,
De Romano Pontifice, II, 30.
34 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 416.
35 Ius Canonicum. Rome: Gregorian 1943. 2:453.
36 Denzinger 51-52e; Warren H. Carroll, A History of Christendom [Una
Historia de la Cristiandad], edición inglesa, vol. 1 (The Founding of
Christendom [La Fundación de la Cristiandad]), p. 494; J.N.D. Kelly, Oxford
Dictionary of Popes [El Diccionario de los Papas de Oxford], edición inglesa,
Oxford University Press, 2005, p. 25.
37 P. James
EdmundTheRelationsO’Reilly,oftheChurchtoSociety –Theological Essays [Las
Relaciones de la Iglesia a la Sociedad –Ensayos Teológicos], edición inglesa,
1882.
38 P. O’Reilly,TheRelationsofthe Church to Society –Theological Essays,
edición inglesa, p. 287.
39 Yves Dupont,
Catholic Prophecy «La Profecia Católica», edición inglesa, Rockford, IL: Tan
Books, 1973, p. 30.
40 Chris Ferrara, “Opposing [OposicióntheSedevacantistalaCampaña
],Enterprise”Catholic Family News, agosto de 2005, p. 19.
41 Chris Ferrara, “Opposing the Sedevacantist,CatholicFamilyNews ,
Enterprise”.19.
42 Denzinger 1821.
43 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 2, p. 860.
44 Benedicto XVI, Principles of Catholic Theology, edición inglesa, pp.
197-198.
45 Denzinger 1824.
46 Denzinger 1825.
47 Denzinger 1825.
48 Benedicto XVI, Principles of Catholic Theology, edición inglesa, p.
198.
49 Denzinger 1826-1827.
50 San Francisco de Sales, The Catholic Controversy, edición inglesa,
Tan Books, 1989, p. 45.
51 Denzinger 330.
52 San Roberto
Belarmino, De Romano Pontifice, II, 30.
53 San Roberto
Belarmino, De Romano Pontifice, II, 30.
54 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 417.
55 The Papal Encyclicals, vol. 3 (1903-1939), p. 195.
56 Denzinger 93.
57 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 180.
58 The Papal Encyclicals, vol. 1 (1740-1878), p. 84.
59 Institutiones Iuris Canonici, 1921.
60 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 2, p. 675.
61 L’Osservatore,edición
inglesa,Romanoencarte especial, Declaración Conjunta de la Doctrina de la
Justificación,
24 de noviembre de
1999, #5.
62
L’Osservatore,edición inglesa,Romanoencarte especial, Declaración Conjunta de
la Doctrina de la Justificación,
24 de noviembre de
1999, #13.
63
L’Osservatore,edición inglesa,Romanoencarte especial, Declaración Conjunta de
la Doctrina de la Justificación,
24 de noviembre de
1999, #41.
64
L’Osservatore,edición inglesa,Romanoencarte especial, Declaración Conjunta de
la Doctrina de la Justificación,
24 de noviembre de
1999, #26.
65
L’Osservatore,edición inglesa,Romano28deene. de 2004, p. 4.
66
L’Osservatore,edición inglesa,Romano21/28de dic., p. 5.
67 Denzinger 423.
68 Warren H. Carroll, A History of Christendom, edición inglesa, vol. 3
(The Glory of Christendom [La Gloria de la Cristiandad]), pp. 432-434.
69 The Catholic Encyclopedia, edición inglesa, vol. 1, p. 447.
70 Chris Ferrara, “Opposing the Sedevacantist,CatholicFamilyNews ,
Enterprise”agostode2005,.21.
71 Chris Ferrara, “Opposing thet
SedevacantisEnterprise”,CatholicFamilyNews, agosto de 2005, p. 21.
72 Denzinger 530.
73 Denzinger 494.
74 The Catholic Encyclopedia, edición inglesa, vol“John.8,1910. P. 433XXII”.
[Juan XXII],
75 Benedicto XVI, Dogmatic Theology [Teología Dogmática], edición
inglesa, The Catholic University of America Press, 1977, p. 137.
76 The Catholic Encyclopedia, edición inglesa, vol. 8, p. 433.
77 Benedicto XVI,
Introducción al Cristianismo, edición inglesa, p. 349.
78 Benedicto XVI,
Introducción al Cristianismo, edición inglesa, pp. 357-358.
79 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, p. 578;
Denzinger 714.
80 Decrees of the Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 1, pp.
125-126.
81 Denzinger 253.
82 San Francisco de Sales, The Catholic Controversy, edición inglesa,
pp. 305-306.
83 Oeuvres Complètes, 9:232.
84 Coll. Selecta SS. Eccl. Patrum, Caillu y Guillou, vol. 32, pp. 411-412.
85 The Douay-Rheims New Testament with a Catholic Commentary [La Biblia
[inglesa] de Douay-Rheims del Nuevo Testamento con un comentario católico],
edición inglesa, por Rev. Leo Haydock, Monrovia, CA: Catholic Treasures, 1991,
p. 1640.
86 Jurgens, The Faith of the Early Fathers [La Fe de los Padres
Primitivos], edición inglesa, Collegeville, MN: The Liturgical Press, 1970,
vol. 2, p. 39.
87 Jurgens, The Faith of the Early Fathers, edición inglesa, vol. 2, p.
3.
88 Jurgens, The Faith of the Early Fathers, edición inglesa, vol. 2, p.
158.
89 Jurgens, The Faith of the Early Fathers, edición inglesa, vol. 2, p.
33.
90 Donald Attwater, A
Catholic Dictionary, edición inglesa, , Tan“Hierarchy”Books,p.229. [Jerarquía]
91 The Papal
Encyclicals, vol. 4 (1939-1958), p. 267.
92 Catholic Family
News [Noticiero para Familias Católicas], enero de 1999.
93 Decrees of the
Ecumenical Councils, edición inglesa, vol. 2, p. 908.
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122 Michael Matt, The
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